martes, 31 de mayo de 2011

LECTURAS DEL MARTES SEXTO DE PASCUA LA VISITACION DE LA SANTISIMA VIRGEN


DICHOSA TÚ, QUE HAS CREÍDO.






Rm 12, 9-16; Lc 1, 39-56

María visita a Isabel para solidarizarse con ella y auxiliarla durante los meses de su embarazo. Al llegar la madre del Señor a la casa de Isabel, se desborda la alegría en el corazón de los ahí presentes. Su vida comienza a girar a otra velocidad, porque saben que Dios las ha alcanzado con la fuerza de su amor misericordioso. El canto de acción de gracias de María lo registra con enorme efusividad. Dios viene en auxilio de Israel y la suerte de los humildes y los hambrientos cambiará de un momento a otro. María celebra la magnanimidad del Señor que cumplió sus promesas.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 65, 16)
Ustedes, los que aman y temen a Dios, vengan y escuchen: les contaré las maravillas que el Señor ha hecho por mí. Aleluya
Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Dios eterno y todopoderoso, que inspiraste a la santísima Virgen cuando llevaba ya en su seno a tu Hijo el deseo de visitar a santa Isabel, concédenos docilidad a tu Espíritu, a fin de que podamos siempre, con María, reconocer tus beneficios y alabarte por ellos. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA


Ayuden a los hermanos en sus necesidades y esmérense en la hospitalidad.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 12, 9-16

Hermanos: Que el amor de ustedes sea sincero. Aborrezcan el mal y practiquen el bien; ámense cordialmente los unos a los otros, como buenos hermanos; que cada uno estime a los otros más que a sí mismo. En el cumplimiento de su deber, no sean negligentes y mantengan un espíritu fervoroso al servicio del Señor. Que la esperanza los mantenga alegres; sean constantes en la tribulación y perseverantes en la oración. Ayuden a los hermanos en sus necesidades y esmérense en la hospitalidad.

Bendigan a los que los persiguen; bendíganlos, no los maldigan. Alégrense con los que se alegran; lloren con los que lloran. Que reine la concordia entre ustedes. No sean, pues, altivos; más bien pónganse al nivel de los humildes.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.


Isaías 12


R/. El Señor ha hecho maravillas con nosotros. Aleluya.

El Señor es mi Dios y salvador, con Él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi protección y mi fuerza y ha sido mi salvación. Sacarán agua con gozo de la fuente de salvación. R/.

Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es sublime. R/.

Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra. Griten jubilosos, habitantes de Sión, porque el Dios de Israel ha sido grande con ustedes. R/.


ACLAMACIÓN (cfr. Lc 1, 45)


R/. Aleluya, aleluya.



Dichosa tú, santísima Virgen María, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor. R/.

¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme?

Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 39-56

En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno.


Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor".


Entonces dijo María: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.


Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.


Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada. Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para siempre".

María permaneció con Isabel unos tres meses, y luego regresó a su casa. Palabra del Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios todopoderoso, que bendijiste la amorosa solicitud de María, la Madre de tu Hijo, por su prima Isabel, acepta y bendice los dones que te presentamos y conviértelos para nosotros en fuente de santificación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de Santa María Virgen.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 48-49)

Todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso, cuyo nombre es santo. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te damos gracias, Dios nuestro, por este admirable sacramento de tu amor que has concedido a la Iglesia y te suplicamos que, así como Juan Bautista se alegró al sentir la presencia oculta de tu Hijo, así podarnos nosotros reconocer en la Eucaristía la presencia viva de nuestro Salvador, que vive y reina por los siglos de los siglos

domingo, 29 de mayo de 2011

LECTURAS DEL LUNES SEXTO DE PASCUA 30 DE MAYO



EL Espíritu de la verdad que procede del Padre, él dará testimonio de mí .




SANTA JUANA DE ARCO


Hch 16, 11-15; Jn 15, 26-16, 4



El relato de los Hechos nos permite conocer las experiencias misioneras que permitieron a Pablo y Silas establecer la primera comunidad eclesial en Filipos. En dicho relato descubrimos algo que se volverá recurrente: una familia animada por el ejemplo del miembro principal, en este caso una mujer llamada Lidia, se decide a buscar al Señor e invita amigos, socios y parientes a hacer lo mismo. La fe se transmite dándola. En el evangelio, el Señor nos advierte que no siempre la misión encuentra una respuesta favorable. La oposición al mensaje aparece con cierta frecuencia. Conviene recordarlo para no desalentarse.



ANTÍFONA DE ENTRADA (Rm 6, 9)



Cristo resucitado, ya no puede morir; la muerte ya no tiene dominio sobre Él. Aleluya.


ORACIÓN COLECTA


Concédenos, Dios misericordioso, que la celebración del santo tiempo de la Pascua produzca siempre frutos abundantes en toda nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA


El Señor tocó el corazón de Lidia para que aceptara el mensaje de Pablo.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 16, 11-15



Por aquellos días, zarpamos de Tróade y navegamos rumbo a Samotracia; al día siguiente, hacia Neápolis y de ahí a Filipos, colonia romana y ciudad principal de la región de Macedonia.



En Filipos nos quedamos unos días. El sábado salimos de la ciudad y nos fuimos por la orilla del río hasta un sitio donde solían tenerse las reuniones de que llaman acudido.


Entre las que nos escuchaban, había una mujer, llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira, comerciante en púrpura, que adoraba al verdadero Dios. El Señor le tocó el corazón para que aceptara el mensaje de Pablo. Después de recibir el bautismo junto con toda su familia, nos hizo esta súplica: "Si están convencidos de que mi fe en el Señor es sincera, vengan a hospedarse en mi casa". Y así, nos obligó a aceptar. 

Palabra de Dios. 


Te alabamos, Señor.





Del salmo 149


 R/. El Señor es amigo de su pueblo. Aleluya.



Entonen al Señor un canto nuevo, en la reunión litúrgica proclámenlo. En su creador y rey, en el Señor, alégrese Israel, su pueblo santo. R/.


En honor de su nombre, que haya danzas, alábenlo con arpa y tamboriles. El Señor es amigo de su pueblo y otorga la victoria a los humildes. R/.


Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el regocijo sus hogares, que alaben al Señor con sus palabras, porque en esto su pueblo se complace. R/.




ACLAMACIÓN (cfr. Jn 15, 26. 27) 


R/. Aleluya, aleluya.



El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí, dice el Señor, y también ustedes serán mis testigos. R/.




El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí.


Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 15, 26-16, 4


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando venga el Consolador, que yo les enviaré a ustedes de parte del Padre, el Espíritu de la verdad que procede del Padre, él dará testimonio de mí y ustedes también darán testimonio, pues desde el principio han estado conmigo. Les he hablado de estas cosas para que su fe no tropiece. Los expulsarán de las sinagogas y hasta llegará un tiempo, cuando el que les dé muerte creerá dar culto a Dios. Esto lo harán, porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí. Les he hablado de estas cosas para que, cuando llegue la hora de su cumplimiento, recuerden que ya se lo había predicho yo". 

Palabra del Señor.


Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Acepta, Señor, los dones que te presentamos llenos de júbilo por la resurrección de tu Hijo, y concédenos participar con Él, un día, de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio I-V de Pascua.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 20, 19)


Jesús se presentó en medio de sus discípulos y les dijo: "La paz sea con ustedes". Aleluya.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Mira, Señor, con bondad, a estos hijos tuyos que has renovado por medio de los sacramentos, y condúcelos al gozo eterno de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.

LECTURAS DEL DOMINGO SEXTO DE PASCUA 29 DE MAYO


"EL ESPÍRITU SANTO ES  LUZ Y FORTALEZA."




SAN MAXIMINO DE TRÉVERIS OBISPO

Hch 8, 5-8; 14-17; 1 P 3, 15-18; Jn 14, 15-21
Quien encuentra a Jesús y se adhiere a Él comienza a amar a sus hermanos. Surge así una comunidad y unas personas renovadas. Para que esa renovación profunda perdure, Jesús nos ha regalado su Espíritu. El Espíritu es la luz y la fuerza que nos auxilian para discernir y cumplir la voluntad del Padre. La misión de Felipe en Samaria fue la ocasión de que aquella sociedad viviera una transformación significativa. Las personas se liberaron de su alienación y aprendieron a dejarse guiar por el Señor Jesús. La Primera Carta de Pedro nos dirige una cálida exhortación a testimoniar gustosamente nuestra esperanza cristiana cada que seamos requeridos.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Is 48, 20)
Con voz de júbilo, anúncienlo; que se oiga, que llegue a todos los rincones de la tierra: el Señor ha redimido a su pueblo. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, continuar celebrando con amor y alegría la victoria de Cristo resucitado, y que el misterio de su Pascua transforme nuestra vida y se manifieste en nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA
Les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo.
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 8, 5-8. 14-17
En aquellos días, Felipe bajó a la ciudad de Samaria y predicaba allí a Cristo. La multitud escuchaba con atención lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los milagros que hacía y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos, lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados quedaban curados. Esto despertó gran alegría en aquella ciudad.

Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén se enteraron de que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan. Éstos, al llegar, oraron por los que se habían convertido, para que recibieran el Espíritu Santo, porque aún no lo habían recibido y solamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces Pedro y Juan impusieron las manos sobre ellos, y ellos recibieron el Espíritu Santo.


Palabra de Dios.


Te alabamos, Señor.
Del salmo 65


R/. Las obras del Señor son admirables. Aleluya.

Que aclame al Señor toda la tierra. Celebremos su gloria y su poder, cantemos un himno de alabanza, digamos al Señor: "Tu obra es admirable". R/.

Que se postre ante ti la tierra entera y celebre con cánticos tu nombre. Admiremos las obras del Señor, los prodigios que ha hecho por los hombres. R/.

Él transformó el Mar Rojo en tierra firme y los hizo cruzar el Jordán a pie enjuto. Llenémonos por eso de gozo y gratitud: el Señor es eterno y poderoso. R/.

Cuantos temen a Dios, vengan y escuchen, y les diré lo que ha hecho por mí. Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica, ni me retiró su gracia. R/.

Murió en su cuerpo y resucitó glorificado.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro: 3, 15-18
Hermanos: Veneren en sus corazones a Cristo, el Señor, dispuestos siempre a dar, al que las pidiere, las razones de la esperanza de ustedes. Pero háganlo con sencillez y respeto y estando en paz con su conciencia. Así quedarán avergonzados los que denigran la conducta cristiana de ustedes, pues mejor es padecer haciendo el bien, si tal es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el mal. Porque también Cristo murió, una sola vez y para siempre, por los pecados de los hombres; Él, el justo, por nosotros, los injustos, para llevarnos a Dios; murió en su cuerpo y resucitó glorificado.


Palabra de Dios.


Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN (Jn 14, 23)



R/. Aleluya, aleluya.


El que me ama, cumplirá mi palabra, dice el Señor; y mi Padre lo amará y vendremos a él. R/.



Yo le rogaré al Padre y Él les dará otro Paráclito.

Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 14, 15-21
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si me aman, cumplirán mis mandamientos; yo le rogaré al Padre y Él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; ustedes, en cambio, sí lo conocen, porque habita entre ustedes y estará en ustedes.

No los dejaré desamparados, sino que volveré a ustedes. Dentro de poco, el mundo no me verá más, pero ustedes sí me verán, porque yo permanezco vivo y ustedes también vivirán. En aquel día entenderán que yo estoy en mi Padre, ustedes en mí y yo en ustedes.
El que acepta mis mandamientos y los cumple, ése me ama. Al que me ama a mí, lo amará mi Padre, yo también lo amaré y me manifestaré a él".


Palabra del Señor.


Gloria a ti, Señor Jesús.

Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
A cada petición diremos: Jesús resucitado, escúchanos.
1. Por la Iglesia. Que sea testimonio creíble de la vida nueva que nace de la Pascua. Oremos.

2. Por todos los cristianos. Que sepamos dar razón de nuestra fe, y que nuestra predicación y nuestro testimonio den fruto en bien de muchos. Oremos.

3. Por los enfermos, y por los profesionales, voluntarios y familiares que cuidan de ellos. Que, en medio del sufrimiento, encuentren en Jesús resucitado su fuerza. Oremos.

4. Por los niños y jóvenes que reciben durante este tiempo de Pascua los sacramentos de la iniciación cristiana: el Bautismo, la Confirmación, la primera Eucaristía. Oremos.

5. Por nuestra Patria. Que Jesús resucitado nos conceda alcanzar el fin de la violencia y vivir en la justicia y la paz. Oremos.

6. Por todos nosotros, reunidos como cada domingo, convocados por Jesús resucitado. Que él mismo nos dé el Espíritu de la verdad, que siempre esté con nosotros. Oremos.

Escucha, Jesús resucitado, nuestras oraciones, y derrama sobre nosotros tú Espíritu Santo. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos, y purifica nuestros corazones para que podamos participar dignamente en este sacramento de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio I-V de Pascua.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 14, 15-16)
Si me aman, cumplan mis mandamientos, dice el Señor; y yo rogaré al Padre, y Él les dará otro Abogado, que permanecerá con ustedes para siempre. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que, en Cristo resucitado, nos has hecho renacer a la vida eterna, haz que este misterio pascual en el que acabamos de participar por medio de la Eucaristía, dé en nosotros abundantes frutos de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

sábado, 28 de mayo de 2011

LECTURAS DEL SÁBADO QUINTO DE PASCUA 28 DE MAYO


Vísperas I del domingo: 2a semana del Salterio. Tomo II: pp. 1201, 516 y 878. Para los fieles: pp. 555 y 274. Edición popular: pp. 108 y 449. Feria (Blanco)


EL MUNDO LOS ODIA PORQUE NO LE PERTENECEN





Hch 16, 1-10, Jn 15, 18-21


Jesús no oculta "las duras" y exhibe "las maduras", es decir, no exagera las promesas ni acorta los riesgos. Habla con transparencia de ambas posibilidades. Sus seguidores tienen una misión fundamental: vivir en el mundo, amarse y auxiliarse en la vida cotidiana. Procediendo de esa manera, se granjearán el rechazo de quienes organicen su vida según criterios egoístas. El relato de los Hechos nos narra los comienzos del segundo viaje misionero de san Pablo y el avance progresivo de la misión cristiana en la provincia de Asia y Macedonia.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Col 2, 12)

Por el bautismo, ustedes han sido sepultados con Cristo y con él han sido resucitados, porque han creído en el poder de Dios, que lo resucitó de entre los muertos. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios omnipotente y eterno, que en el bautismo nos has comunicado tu misma vida, haz que todos tus hijos, renacidos a la esperanza de la inmortalidad, alcancemos con tu ayuda la plenitud de la gloria. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

¡Ven a Macedonia y ayúdanos!


Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 16, 1-10


En aquellos días, Pablo fue a Derbe y luego a Listra. Había allí un discípulo, llamado Timoteo, hijo de padre griego y de madre judía cristiana. Timoteo gozaba de muy buena fama entre los hermanos de Listra e Iconio. Pablo quiso llevarlo consigo y lo circuncidó, en atención a los judíos de aquellas regiones, pues todos sabían que su padre era pagano.

En todas las ciudades por donde iban pasando, daban a conocer las decisiones tomadas por los apóstoles y los presbíteros de Jerusalén, para que las pusieran en práctica. De esta manera las comunidades cristianas se fortalecían en la fe y el número de creyentes aumentaba cada día más.

Como el Espíritu Santo les había prohibido predicar la palabra en la provincia de Asia, Pablo y Timoteo atravesaron Frigia y Galacia. Al llegar a los límites de Misia, se propusieron ir a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió. Entonces atravesaron Misia y llegaron a Tróade. Por la noche, Pablo tuvo una aparición: vio a un macedonio, que de pie ante él, le rogaba: "¡Ven a Macedonia y ayúdanos!".

Después de esta visión, determinamos salir para Macedonia, convencidos de que Dios nos llamaba a predicar allí el Evangelio.


 Palabra de Dios. 


Te alabamos, Señor.








Del salmo 99


 R/. El Señor es nuestro Dios y nosotros su pueblo. Aleluya.

Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría y con júbilo entremos en su templo. R/.


Reconozcamos que el Señor es Dios, que El fue quien nos hizo y somos suyos, que somos su pueblo y su rebaño. R/.


Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es eterna su misericordia y su fidelidad nunca se acaba. R/.




ACLAMACIÓN (Col 3, 1) 

R/. Aleluya, aleluya.


Puesto que han resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. R/.



Ustedes no son del mundo, pues, al elegirlos, yo los he separado del mundo.


Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 15, 18-21



En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si el mundo los odia, sepan que me ha odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya; pero el mundo los odia porque no son del mundo, pues al elegirlos, yo los he separado del mundo.
Acuérdense de lo que les dije:


`El siervo no es superior a su señor'. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán, y el caso que han hecho de mis palabras lo harán de las de ustedes. Todo esto se lo van a hacer por mi causa, pues no conocen a aquel que me envió". 


Palabra del Señor. 


Gloria a ti, Señor Jesús.




ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Acepta, Señor, en tu bondad, los dones que te presentamos y concédenos tu protección para conservar tu gracia y conseguir la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio I-V de Pascua.



ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 17, 20-21)



Padre, te ruego por aquellos que creerán en mí, para que sean uno en nosotros y el mundo pueda creer que tú me has enviado, dice el Señor. Aleluya.



ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN



Señor, que tu amor paterno proteja siempre a quienes has salvado por medio de la pasión de tu Hijo, y que Cristo resucitado sea la fuente de todas nuestras alegrías. Por Jesucristo, nuestro Señor.