jueves, 30 de junio de 2011

LECTURAS DEL JUEVES DE LA SEMANA XIII DEL T. ORDINARIO 30 DE JUNIO

PONTE EN PIE Y CARGA TU CAMILLA





PRIMEROS MÁRTIRES CRISTIANOS


Gn 22, 1-19; Mt 9, 1-8

El relato del frustrado sacrificio de Isaac pretende darnos una lección sobre la enorme confianza de Abrahán, que no duda en cumplir las órdenes del Señor, aun cuando parezcan desmedidamente crueles. En realidad, la narración también buscaba descalificar la práctica antigua de los sacrificios de los primogénitos. Dios no quiere que las personas sean convertidas en víctimas y mucho menos desea que, se invoque su nombre para justificar esas prácticas crueles. El Dios compasivo se manifiesta de manera clara en la acción misericordiosa de su Hijo Jesús que acoge y auxilia al paralítico y le devuelve la soltura, la movilidad y la alegría de estar sano


ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 77, 23-25)


Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para que comiesen; les dio un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.


ORACIÓN COLECTA


Dios nuestro, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el misterio pascual de tu Hijo, concédenos que, al anunciar llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su muerte y resurrección, recibamos cada vez con mayor abundancia los frutos de la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA


El sacrificio de nuestro patriarca Abraham.

Del libro del Génesis: 22, 1-19



En aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo: "¡Abraham, Abraham!". Él respondió: "Aquí estoy". Y Dios le dijo:


"Toma a tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de Moria y ofrécemelo en sacrificio, en el monte que yo te indicaré".

Abraham madrugó, aparejó su burro, tomó consigo a dos de sus criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que Dios le había indicado. Al tercer día divisó a lo lejos el lugar. Les dijo entonces a sus criados: "Quédense aquí con el burro; yo iré con el muchacho hasta allá, para adorar a Dios y después regresaremos".

Abraham tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac y tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a su padre Abraham: "¡Padre!". Él respondió: "¿Qué quieres, hijo?". El muchacho contestó: 

"Ya tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el sacrificio?". Abraham le contestó: "Dios nos dará el cordero para el sacrificio, hijo mío". Y siguieron caminando juntos. Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó un altar y acomodó la leña. Luego leña, y tomó el cuchillo para degollarlo. Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo: "¡Abraham, Abraham!". Él contestó: "Aquí estoy". El ángel le dijo: "No descargues la mano contra tu hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no le has negado a tu hijo único". 

Abraham levantó los ojos y vio un carnero, enredado por los cuernos en la maleza. Atrapó el carnero y lo ofreció en sacrificio, en lugar de su hijo. Abraham puso por nombre a aquel sitio "el Señor provee", por lo que aun el día de hoy se dice: "El monte donde el Señor provee". El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo y le dijo: "Juro por mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme negado a tu hijo único, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y las arenas del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades enemigas. En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque obedeciste a mis palabras". Abraham volvió a donde estaban sus criados y juntos se pusieron en camino hacia Berseba. 

Y Abraham se quedó a vivir ahí. 

Palabra de Dios. 

T. Te alabamos, Señor.




Del salmo 114 

R/. Nuestro Dios es compasivo.



Amo al Señor porque escucha el clamor de mi plegaria, porque me prestó atención cuando mi voz lo llamaba. R/.


Redes de angustia y de muerte me alcanzaron y me ahogaban. Entonces rogué al Señor que la vida me salvara. R/.
El Señor es bueno y justo, nuestro Dios es compasivo. A mí, débil, me salvó y protege a los sencillos. R/.


Mi alma libró de la muerte, del llanto los ojos míos, y ha evitado que mis pies tropiecen por el camino. Caminaré ante el Señor por la tierra de los vivos. R/.




ACLAMACIÓN (2 Co 5, 19) 


R/. Aleluya, aleluya.



Dios reconcilió al mundo consigo, por medio de Cristo, y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación. R/.





La gente glorificó a Dios, que había dado tanto poder a los hombres.


Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 1-8


En aquel tiempo, Jesús subió de nuevo a la barca, pasó a la otra orilla del lago y llegó a Cafarnaúm, su ciudad. En esto, trajeron a donde Él estaba a un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: "Ten confianza, hijo. Se te perdonan tus pecados". Al oír esto, algunos escribas pensaron: "Este hombre está blasfemando". Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: "¿Por qué piensan mal en sus corazones? ¿Qué es más fácil: decir 'Se te perdonan tus pecados', o decir 'Levántate y anda'? Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados, —le dijo entonces al paralítico—: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa". Él se levantó y se fue a su casa. Al ver esto, la gente se llenó de temor y glorificó a Dios, que había dado tanto poder a los hombres.


Palabra del Señor

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, te pedimos humildemente nos concedas que este sacramento de amor sea siempre para nosotros un signo de unidad y un vínculo de amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 6, 51-52)


Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de este pan, vivirá eternamente; pues el pan que voy a dar, es mi carne, y lo doy para vida del mundo.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor, que la participación en este banquete celestial nos santifique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

miércoles, 29 de junio de 2011

LECTURAS DEL MIERCOLES 29 DE JUNIO SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO APÓSTOLES

San Pedro y San Pablo, apóstoles.



Misa vespertina de la vigilia
Esta Misa se utiliza la tarde del 28 de junio, antes o después de las primeras vísperas de la solemnidad.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Celebremos con alegría la fiesta de san Pedro, el príncipe de los Apóstoles, y de san Pablo, el Apóstol de los gentiles, porque ellos nos trasmitieron el Evangelio de Cristo.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste confiar a tus santos apóstoles, Pedro y Pablo, la misión de guiar y proteger los primeros pasos de tu Iglesia, concédenos, por su poderosa intercesión, la ayuda necesaria para alcanzar la salvación eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Te voy a dar lo que tengo: En el nombre de Jesús, camina.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 3, 1-10
 
En aquel tiempo, Pedro y Juan subieron al templo para la oración vespertina, a eso de las tres de la tarde. Había allí un hombre lisiado de nacimiento, a quien diariamente llevaban y ponían ante la puerta llamada la "Hermosa", para que pidiera limosna a los que entraban en el templo.
Aquel hombre, al ver a Pedro y a Juan cuando iban a entrar, les pidió limosna. Pedro y Juan fijaron en él los ojos, y Pedro le dijo: "Míranos". El hombre se quedó mirándolos en espera de que le dieran algo. Entonces Pedro le dijo: "No tengo ni oro ni plata, pero te voy a dar lo que tengo: En el nombre de Jesucristo nazareno, levántate y camina". Y, tomándolo de la mano, lo incorporó.
Al instante sus pies y sus tobillos adquirieron firmeza. De un salto se puso de pie, empezó a andar y entró con ellos al templo caminando, saltando y alabando a Dios.
Todo el pueblo lo vio caminar y alabar a Dios, y al darse cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado junto a la puerta "Hermosa" del templo, quedaron llenos de miedo y no salían de su asombro por lo que había sucedido.


Palabra de Dios.


Te alabamos, Señor.


Del salmo 18


R/. El mensaje del Señor resuena en toda la tierra





Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo trasmite a la otra noche. R/.
Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega su sonido y su mensaje hasta el fin del mundo. R/.
Dios me eligió desde el seno de mi madre.
De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 1, 11-20
Hermanos: Les hago saber que el Evangelio que he predicado, no proviene de los hombres, pues no lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
Ciertamente ustedes han oído hablar de mi conducta anterior en el judaísmo, cuando yo perseguía encarnizadamente a la Iglesia de Dios, tratando de destruirla; deben saber que me distinguía en el judaísmo, entre los jóvenes de mi pueblo y de mi edad, porque los superaba en el celo por las tradiciones paternas.
Pero Dios me había elegido desde el seno de mi madre, y por su gracia me llamó. Un día quiso revelarme a su Hijo, para que yo lo anunciara entre los paganos. Inmediatamente, sin solicitar ningún consejo humano y sin ir siquiera a Jerusalén para ver a los apóstoles anteriores a mí, me trasladé a Arabia y después regresé a Damasco. Al cabo de tres años fui a Jerusalén, para ver a Pedro y estuve con él quince días. No vi a ningún otro de los apóstoles, excepto a Santiago, el pariente del Señor.
Y Dios es testigo de que no miento en lo que les escribo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN (Jn 21, 17) R/. Aleluya, aleluya.Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero. R/.
Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas.
 
Del santo Evangelio según san Juan: 21, 15-19
En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?". Él le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos".
Por segunda vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". Él le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Pastorea mis ovejas".
Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?". Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó: "Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero".
Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas. Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras". Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo: "Sígueme". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este santo sacrificio que vamos a ofrecerte en la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, nos llene, Señor, de alegría, al comprender la infinita misericordia con que has querido perdonar nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque la fiesta de tus santos Apóstoles nos llena de júbilo. Pedro es nuestro guía en la fe que profesamos; Pablo, expositor preclaro de tus misterios. Pedro consolidó la Iglesia primitiva con los israelitas que creyeron; Pablo fue preceptor y maestro de los paganos, que Dios quería llamar a su Iglesia.
Así, después de haber congregado por caminos diversos a la familia de Cristo, esa misma familia los asocia ahora en su veneración con una sola corona.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 21, 15. 17)
Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Señor, tú lo conoces todo; tú sabes que te amo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Fortalece, Señor, a tus fieles, por medio de este sacramento y confírmanos en la verdad que nos ha trasmitido la predicación de los Apóstoles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
EL PODER DE LA MUERTE NO LA DERROTARÁ
Hch 12, 1-11; 2 Tm 4, 6-8. 17-18; Mt 16, 13-19
La narración de la milagrosa liberación del apóstol san Pedro nos reafirma lo que ya sabemos. Dios no desampara a los suyos, al contrario, atiende benévolamente las súplicas de los creyentes que oraron intensamente a Dios, para que lo librara de la prepotencia de Herodes. La Carta a Timoteo nos comparte el testimonio satisfecho del apóstol San Pablo que ve llegar el final de su misión y agradece la asistencia del Señor que lo sostuvo en medio de la adversidad. El evangelio nos presenta al Señor Jesús encargándole a Simón, la función de ser la roca y el cimiento de la fe para sus hermanos. Como Pedro siguió y conoció de cerca a Jesús podrá animar a sus hermanos a mantenerse firmes, a pesar de las fracturas e infidelidades.
Misa del día
ANTÍFONA DE ENTRADA
Demos gracias a Dios en esta festividad de san Pedro y san Pablo, que con su sangre fecundaron a la Iglesia, participaron de la pasión del Señor y se convirtieron en amigos suyos.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que nos llenas de santa alegría con la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, haz que tu Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de estos apóstoles, de quienes recibió el primer anuncio de la fe. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Ahora sí estoy seguro de que el Señor envió a su ángel, para librarme de las manos de Herodes.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 12, 1-11
En aquellos días, el rey Herodes mandó apresar a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos. Mandó pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan, y viendo que eso agradaba a los judíos, también hizo apresar a Pedro. Esto sucedió durante los días de la fiesta de los panes Ázimos. Después de apresarlo, lo hizo encarcelar y lo puso bajo la vigilancia de cuatro turnos de guardia, de cuatro soldados cada turno. Su intención era hacerlo comparecer ante el pueblo después de la Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel, la comunidad no cesaba de orar a Dios por él.
La noche anterior al día en que Herodes iba a hacerlo comparecer ante el pueblo, Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas y los centinelas cuidaban la puerta de la prisión. De pronto apareció el ángel del Señor y el calabozo se llenó de luz. El ángel tocó a Pedro en el costado, lo despertó y le dijo: "Levántate pronto". Entonces las cadenas que le sujetaban las manos se le cayeron. El ángel le dijo: "Cíñete la túnica y ponte las sandalias", y Pedro obedeció. Después le dijo: "Ponte el manto y sígueme". Pedro salió detrás de él, sin saber si era verdad o no lo que el ángel hacía, y le parecía más bien que estaba soñando. Pasaron el primero y el segundo puesto de guardia y llegaron a la puerta de hierro que daba a la calle. La puerta se abrió sola delante de ellos. Salieron y caminaron hasta la esquina de la calle y de pronto el ángel desapareció.
Entonces, Pedro se dio cuenta de lo que pasaba y dijo: "Ahora sí estoy seguro de que el Señor envió a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de todo cuanto el pueblo judío esperaba que me hicieran". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 33 R/. El Señor me libró de todos mis temores.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores. R/.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias. R/.
Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en Él. R/.
Ahora sólo espero la corona merecida.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 4, 6-8. 17-18
Querido hermano: Ha llegado para mí la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi partida. He luchado bien en el combate, he corrido hasta la meta, he perseverado en la fe. Ahora sólo espero la corona merecida, con la que el Señor, justo juez, me premiará en aquel día, y no solamente a mí, sino a todos aquellos que esperan con amor su glorioso advenimiento.
Cuando todos me abandonaron, el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, por mi medio, se proclamara claramente el mensaje de salvación y lo oyeran todos los paganos. Y fui librado de las fauces del león. El Señor me seguirá librando de todos los peligros y me llevará sano y salvo a su Reino celestial. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN (Mt 16, 18) R/. Aleluya, aleluya.
Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella, dice el Señor. R/.
Tú eres Pedro y yo te daré las llaves del Reino de los cielos.
Del santo Evangelio según san Mateo: 16, 13-19
En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?". Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas".
Luego les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?". Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Jesús le dijo entonces: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo". Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y, por intercesión de san Pedro y san Pablo, concédenos celebrar este sacrificio íntimamente unidos a ti en la fe y en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque la fiesta de tus santos Apóstoles nos llena de júbilo. Pedro es nuestro guía en la fe que profesamos; Pablo, expositor preclaro de tus misterios. Pedro consolidó la Iglesia primitiva con los israelitas que creyeron; Pablo fue preceptor y maestro de los paganos, que Dios quería llamar a su Iglesia.
Así, después de haber congregado por caminos diversos a la familia de Cristo, esa misma familia los asocia ahora en su veneración con una sola corona.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 16, 16. 18)
Dijo Pedro a Jesús: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, que nos has alimentado con esta Eucaristía, haz, Señor, que la participación perseverante en el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, y la fidelidad a la doctrina de los Apóstoles nos conserven unidos en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.