miércoles, 2 de julio de 2025

LECTURAS DEL MIÉRCOLES XIII DEL T. ORDINARIO 2 DE JULIO (VERDE)

 

“Si vienes a echarnos fuera, mándanos entrar en esos cerdos”. Él les respondió: “Está bien”.



Misa por la remisión de los pecados, A MR, p. 1149 (1141) / Lecc. I, p. 666

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sab 11, 23. 24. 26

Señor, tú tienes misericordia de todos y nunca odias a tus creaturas; borras los pecados de los hombres que se arrepienten, y los perdonas, porque tú, Señor, eres nuestro Dios.

ORACIÓN COLECTA

Señor, escucha bondadoso nuestros ruegos y perdona nuestros pecados, para que nos concedas juntamente tu perdón y tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo ...

O bien:

Apiádate, Señor, de tu pueblo y perdónale todos sus pecados, para que tu indulgencia aleje de nosotros lo que hemos merecido por nuestras ofensas. Por nuestro Señor Jesucristo ...


LITURGIA DE LA PALABRA

El hijo de esa esclava no compartirá la herencia con mi hijo Isaac.

Del libro del Génesis: 21, 5. 8-20

Abraham tenía cien años, cuando nació su hijo Isaac. Creció el niño y lo destetaron; ese día Abraham dio un gran banquete.

Sara vio jugando con su hijo Isaac al hijo que Agar, la egipcia, le había dado a Abraham, y le dijo a éste: “Despide a esa esclava y a su hijo, pues el hijo de esa esclava no va a compartir la herencia con mi hijo Isaac”.

Abraham lo sintió mucho, por tratarse de su hijo, pero Dios lo consoló, diciéndole: “No te aflijas ni por el niño ni por tu esclava. Hazle caso a Sara en lo que te dice, porque es Isaac quien continuará tu descendencia. Aunque al hijo de la esclava lo convertiré en un gran pueblo, por ser descendiente tuyo”.

Se levantó, pues, Abraham de mañana, tomó pan y un odre de agua y se lo puso a Agar en los hombros, le entregó al niño y la despidió. Ella se fue y anduvo errante por el desierto de Bersebá. Cuando se le acabó el agua, Agar dejó al niño bajo un matorral y fue a sentarse enfrente, a distancia como de un tiro de arco, pues decía: “No quiero ver morir al niño”.

Entonces el niño rompió a llorar y Dios oyó el llanto del niño. El ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: “¿Qué te pasa, Agar? No tengas miedo, porque Dios ha oído el llanto del niño que está ahí. Levántate, toma al niño y llévalo de la mano, porque voy a convertirlo en un gran pueblo”. Entonces Dios le abrió los ojos y vio un pozo con agua. Fue, llenó el odre y le dio a beber al niño. Dios asistió al niño, que creció, vivió en el desierto y llegó a ser un gran tirador de arco.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 33

R. El Señor escucha el clamor de los pobres.

El Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias. Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los protege. R.

Que amen al Señor todos sus fieles, pues nada faltará a los que lo aman; el rico empobrece y pasa hambre; a quien busca al Señor, nada le falta. R.

Escúchame, hijo mío: voy a enseñarte cómo amar al Señor, para que puedas vivir y disfrutar la vida. R.

ACLAMACIÓN  Sant 1, 18

R. Aleluya, aleluya.

Por su propia voluntad el Padre nos engendró mediante la palabra de la verdad, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas. R.

¿Acaso has venido hasta aquí para atormentarnos antes del tiempo señalado?

Del santo Evangelio según san Mateo: 8, 28-34

En aquel tiempo, cuando Jesús desembarcó en la otra orilla del lago, en tierra de los gadarenos, dos endemoniados salieron de entre los sepulcros y fueron a su encuentro. Eran tan feroces, que nadie se atrevía a pasar por aquel camino. Los endemoniados le gritaron a Jesús: “¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Acaso has venido hasta aquí para atormentarnos antes del tiempo señalado?”.

No lejos de ahí había una numerosa piara de cerdos que estaban comiendo. Los demonios le suplicaron a Jesús: “Si vienes a echarnos fuera, mándanos entrar en esos cerdos”. Él les respondió: “Está bien”.

Entonces los demonios salieron de los hombres, se metieron en los cerdos y toda la piara se precipitó en el lago por un despeñadero y los cerdos se ahogaron.

Los que cuidaban los cerdos huyeron hacia la ciudad a dar parte de todos aquellos acontecimientos y de lo sucedido a los endemoniados. Entonces salió toda la gente de la ciudad al encuentro de Jesús, y al verlo, le suplicaron que se fuera de su territorio.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de reconciliación y de alabanza, para que, compadecido, perdones nuestros pecados y dirijas tú mismo nuestro vacilante corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 15, 10

Habrá gran alegría entre los ángeles del cielo, por un solo pecador que se convierta.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Dios misericordioso, a quienes, por este sacrificio, hemos recibido el perdón de nuestros pecados, que con tu gracia podamos evitarlos de ahora en adelante y servirte con sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

martes, 1 de julio de 2025

LECTURAS DEL MARTES XIII DEL T. ORDINARIO 1 DE JULIO (VERDE)

 

"¿Quién es éste, a quien hasta los vientos y el mar obedecen?" 




ANTÍFONA DE ENTRADA Ez. 36, 26-28

Dice el Señor: Les arrancaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en ustedes. Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro, enciende nuestros corazones con tu Espíritu de amor, para que podamos pensar siempre lo que es de tu agrado y amarte sinceramente en nuestros hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

 
LITURGIA DE LA PALABRA

El Señor hizo llover azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra.

Del libro del Génesis 19, 15-29

Aquel día, al rayar el alba, los ángeles apresuraban a Lot diciéndole: "Vamos; toma a tu esposa y a tus dos hijas, para que no perezcas a causa de los pecados de Sodoma".

Como Lot no se decidía, los tomaron de la mano a él, a su mujer y a sus dos hijas, los sacaron de su casa y los condujeron fuera de la ciudad, porque el Señor los perdonaba. Cuando estaban fuera, uno de los ángeles le dijo:

"Ponte a salvo, no mires hacia atrás, no te detengas en el valle; ponte a salvo en los montes para que no perezcas".

Lot le respondió: "No, te lo ruego. Tú me has favorecido a mí, tratándome con gran misericordia al salvarme la vida; pero yo no podré sobrevivir en los montes, pues la desgracia me alcanzaría ahí y moriría. Mira, aquí cerca hay una ciudad pequeña, en donde puedo refugiarme y salvar la vida. ¿Verdad que es pequeña y puedo vivir en ella?"

El ángel le contestó: "Accedo a lo que me pides, no arrasaré esa ciudad que dices. Aprisa, ponte a salvo, pues no puedo hacer nada hasta que llegues allá". Por eso la ciudad se llamó Soar. El sol salía cuando Lot llegó a Soar.

El Señor hizo llover desde el cielo azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra. Arrasó aquellas ciudades y todo el valle, con los habitantes de las ciudades y la hierba del campo. La mujer de Lot miró hacia atrás y se convirtió en estatua de sal.

Abraham se levantó de mañana y se dirigió al sitio donde había estado con el Señor. Miró en dirección de Sodoma y Gomorra toda la extensión del valle, y vio una gran humareda que salía del suelo, como el humo de un horno.
Así, cuando el Señor destruyó las ciudades del valle y arrasó las ciudades en las que Lot había vivido, se acordó de Abraham y libró a Lot de la catástrofe. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

Del salmo 25 

R/. Ten compasión de mí, Señor.

Examíname, Señor, ponme a prueba, sondea mis entrañas y mi corazón, porque tengo tu bondad ante mis ojos y camino en tu verdad. R/.

No me trates como a los pecadores ni me castigues como a los sanguinarios, que en sus manos llevan infamias y las tienen llenas de sobornos. R/.

Yo, en cambio, camino en la integridad; sálvame y ten compasión de mí. Mi pie se mantiene en el camino recto, en la asamblea bendeciré al Señor. R/.


ACLAMACIÓN Sal 129, 5 







R/. Aleluya, aleluya.


Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra. R/.

Dio una orden terminante a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma.

Del santo Evangelio según san Mateo 8, 23-27

En aquel tiempo, Jesús subió a una barca junto con sus discípulos. De pronto se levantó en el mar una tempestad tan fuerte, que las olas cubrían la barca; pero Él estaba dormido. Los discípulos lo despertaron, diciéndole: "Señor, ¡sálvanos, que perecemos!"

Él les respondió: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?" Entonces se levantó, dio una orden terminante a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma. Y aquellos hombres, maravillados, decían: "¿Quién es éste, a quien hasta los vientos y el mar obedecen?" 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Santifica estos dones que te presentamos, Señor, y al aceptar el sacrificio espiritual concédenos comunicar a todos tu caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1Cor 13,13

Ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más grande de todas es el amor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de habernos saciado con un único Pan, te pedimos, Padre, que derrames sobre nosotros la gracia del Espíritu Santo y nos renueves, para ser fuertes en el amor perfecto. Por Jesucristo, nuestro Señor.

lunes, 30 de junio de 2025

LECTURAS DEL LUNES XIII DEL T. ORDINARIO 30 DE JUNIO (VERDE O ROJO)

  

El Hijo del hombre no tiene en donde reclinar la cabeza.



Misa por los enfermos MR, p. 1156 (1148) / Lecc. II, p. 451 o bien Los Primeros santos Mártires de la Iglesia Romana *MR pp. 742 y 878 [766 y 917] / Lecc. II p. 503


ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 6, 3-4

Ten piedad de mí, Señor, porque desfallezco; sáname, Señor, porque mis huesos se quiebran y la enfermedad me aflige.

O bien: Cfr. 15 53, 4

El Señor ha cargado nuestros sufrimientos, ha soportado nuestros dolores.


ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que quisiste que tu Unigénito cargara con nuestros sufrimientos para mostrarnos el valor de la enfermedad y la paciencia humana, escucha benignamente nuestras súplicas por los hermanos que se hallan enfermos y concede que los que están afligidos por el dolor, las penas y la enfermedad, no sólo se sientan elegidos entre aquellos proclamados dichosos, sino que también sepan que están unidos a Cristo en su pasión, para salvación del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo ...

O bien:

Dios todopoderoso y eterno, salvación perpetua de los que creen en ti, escucha nuestra oración por tus siervos enfermos, para quienes imploramos el auxilio de tu misericordia, a fin de que, recuperada la salud, puedan ofrecerte su acción de gracias en tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

¿Será posible que tú destruyas al inocente junto con el culpable?

Del libro del Génesis: 18, 16-33

Los tres hombres que habían estado con Abraham se pusieron de pie y se encaminaron hacia Sodoma. Abraham los acompañaba para despedirlos. El Señor dijo entonces: "¿Acaso le voy a ocultar a Abraham lo que voy a hacer, siendo así que se va a convertir en un pueblo grande y poderoso y van a ser benditos en él todos los pueblos de la tierra? Yo lo he escogido para que enseñe a sus hijos y a sus descendientes a cumplir mi voluntad, haciendo lo que es justo y recto, y así cumpliré lo que le he prometido".

Después el Señor dijo: "El clamor contra Sodoma y Gomorra es grande y su pecado es demasiado grave. Bajaré, pues, a ver si sus hechos corresponden a ese clamor; y si no, lo sabré".

Los hombres que estaban con Abraham se despidieron de él y se encaminaron hacia Sodoma. Abraham se quedó ante el Señor y le preguntó: "¿Será posible que tú destruyas al inocente junto con el culpable? Supongamos que hay cincuenta justos en la ciudad, ¿acabarás con todos ellos y no perdonarás al lugar en atención a esos cincuenta justos? Lejos de ti tal cosa: matar al inocente junto con el culpable, de manera que la suerte del justo sea como la del malvado; eso no puede ser. ¿El juez de todo el mundo no hará justicia?". El Señor le contestó: "Si encuentro en Sodoma cincuenta justos, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos".

Abraham insistió: "Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza. Supongamos que faltan cinco para los cincuenta justos, ¿por esos cinco que faltan, destruirás toda la ciudad?" Y le respondió el Señor: "No la destruiré, si encuentro allí cuarenta y cinco justos". Abraham volvió a insistir: "Quizá no se encuentren allí más que cuarenta". El Señor le respondió: "En atención a los cuarenta, no lo haré". Abraham siguió insistiendo: "Que no se enoje mi Señor, si sigo hablando. ¿Y si hubiera treinta?" El Señor le dijo: "No lo haré, si hay treinta". Abraham insistió otra vez: "Ya que me he atrevido a hablar a mi Señor, ¿y si se encuentran sólo veinte?" El Señor le respondió: "En atención a los veinte, no la destruiré".

Abraham continuó: "No se enoje mi Señor, hablaré sólo una vez más. ¿Y si se encuentran sólo diez?" Contestó el Señor: "Por esos diez, no destruiré la ciudad". Cuando terminó de hablar con Abraham, el Señor se fue y Abraham volvió a su casa. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

Del salmo 102 

R/. El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R/.

Él perdona tus pecados y cura tus enfermedades; Él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.

El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. El Señor no estará siempre enojado, ni durará para siempre su rencor. R/.

No nos trata como merecen nuestras culpas ni nos paga según nuestros pecados. Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia. R/.

ACLAMACIÓN Cfr. Sal 94, 8 






R/. Aleluya, aleluya.


Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón". R/.

Sígueme.

Del santo Evangelio según san Mateo: 8, 18-22

En aquel tiempo, al ver Jesús que la multitud lo rodeaba, les ordenó a sus discípulos que cruzaran el lago hacia la orilla de enfrente. En ese momento se le acercó un escriba y le dijo: "Maestro, te seguiré a dondequiera que vayas". Jesús le respondió: "Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en donde reclinar la cabeza".

Otro discípulo le dijo: "Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre". Pero Jesús le respondió: "Tú sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, cuya providencia dirige cada momento de nuestra vida, recibe las súplicas y las ofrendas con que imploramos tu misericordia en favor de nuestros enfermos, para que la preocupación de ahora por su enfermedad, se nos convierta pronto en gozo por su salud.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 1, 24

Completo en mi carne lo que falta a la pasión de Cristo, por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, auxilio inefable en la enfermedad, ayuda con tu poder a estos hijos tuyos enfermos, para que, aliviados por tu misericordia, vuelvan a ocupar su lugar en la asamblea de tus fieles. Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien :

Primeros mártires cristianos. *MR pp. 742 y 878 [766 y 917] 

Al día siguiente de la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, se conmemora a los cristianos de Roma que el emperador Nerón mandó matar de una manera atroz, acusados de haber incendiado la ciudad en julio de 64. El historiador romano Tácito dice que “era una inmensa multitud”. La tradición afirma que Pedro fue una de estas innumerables víctimas.

ANTÍFONA DE ENTRADA

Ahora gozan en el cielo las almas de los santos, que siguieron en la tierra las huellas de Cristo; y, porque lo amaron hasta derramar su sangre por él, con Cristo se gozan eternamente.

 

ORACIÓN COLECTA

 

Dios nuestro, que consagraste con la sangre de los mártires los fecundos comienzos de la Iglesia de Roma, concédenos que su valor en tan arduo combate nos fortalezca, y su gloriosa victoria nos llene siempre de alegría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

 

Recibe, Padre santo, las ofrendas que te presentamos en la conmemoración de estos santos mártires y a nosotros tus siervos concédenos permanecer siempre firmes en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 22, 28-30

 

Ustedes han perseverado conmigo en mis pruebas, dice el Señor, y yo les voy a dar el Reino, para que en él coman y beban a mi mesa.

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

 

Señor Dios, que en tus santos mártires manifestaste de modo admirable el misterio de la cruz, concede, benigno, que, fortalecidos por este sacrificio, permanezcamos fielmente adheridos a Cristo y trabajemos en la Iglesia por la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

domingo, 29 de junio de 2025

LECTURAS DEL DOMINGO XIII DEL T. ORDINARIO 29 DE JUNIO SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO APÓSTOLES (ROJO)

  

Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.



Solemnidad MR p. 775 (762) / Lecc. II. pp. 1085


Misa vespertina de la vigilia

Esta Misa se utiliza la tarde del día 28 de junio, antes o después de las primeras Vísperas de la solemnidad.

ANTÍFONA DE ENTRADA

Pedro, el Apóstol, y Pablo, el maestro de las naciones, nos han enseñado tu Evangelio, Señor.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Señor Dios nuestro, que nos ayude la intercesión de los santos apóstoles Pedro y Pablo, por quienes diste a tu Iglesia las primeras enseñanzas de la misión recibida de lo alto, para que también por ellos nos des el auxilio de la salvación eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Te voy a dar lo que tengo: En el nombre de Jesús, camina.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 3, 1-10

En aquel tiempo, Pedro y Juan subieron al templo para la oración vespertina, a eso de las tres de la tarde. Había allí un hombre lisiado de nacimiento, a quien diariamente llevaban y ponían ante la puerta llamada la "Hermosa", para que pidiera limosna a los que entraban en el templo.

Aquel hombre, al ver a Pedro y a Juan cuando iban a entrar, les pidió limosna. Pedro y Juan fijaron en él los ojos y Pedro le dijo: "Míranos". El hombre se quedó mirándolos en espera de que le dieran algo. Entonces Pedro le dijo: "No tengo ni oro ni plata, pero te voy a dar lo que tengo: En el nombre de Jesucristo nazareno, levántate y camina". Y, tomándolo de la mano, lo incorporó.

Al instante sus pies y sus tobillos adquirieron firmeza. De un salto se puso de pie, empezó a andar y entró con ellos al templo caminando, saltando y alabando a Dios.

Todo el pueblo lo vio caminar y alabar a Dios, y al darse cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado junto a la puerta "Hermosa" del templo, quedaron llenos de miedo y no salían de su asombro por lo que había sucedido. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

Del salmo 18 

R/. El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.

Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo trasmite a la otra noche. R/.

Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega su sonido y su mensaje hasta el fin del mundo. R/.

Dios me eligió desde el seno de mi madre.

De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 1, 11-20

Hermanos: Les hago saber que el Evangelio que he predicado, no proviene de los hombres, pues no lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.

Ciertamente ustedes han oído hablar de mi conducta anterior en el judaísmo, cuando yo perseguía encarnizadamente a la Iglesia de Dios, tratando de destruirla; deben saber que me distinguía en el judaísmo, entre los jóvenes de mi pueblo y de mi edad, porque los superaba en el celo por las tradiciones paternas.

Pero Dios me había elegido desde el seno de mi madre, y por su gracia me llamó. Un día quiso revelarme a su Hijo, para que yo lo anunciara entre los paganos. Inmediatamente, sin solicitar ningún consejo humano y sin ir siquiera a Jerusalén para ver a los apóstoles anteriores a mí, me trasladé a Arabia y después regresé a Damasco. Al cabo de tres años fui a Jerusalén, para ver a Pedro y estuve con él quince días. No vi a ningún otro de los apóstoles, excepto a Santiago, el pariente del Señor.

Y Dios es testigo de que no miento en lo que les escribo. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN Jn 21, 17 








R/. Aleluya, aleluya.

Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero. R/.

Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas.

Del santo Evangelio según san Juan: 21, 15-19

En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?" Él le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos".

Por segunda vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?" Él le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Pastorea mis ovejas".

Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?" Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó: "Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas.

Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras". Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo: "Sígueme".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, al celebrar con alegría la solemnidad de tus santos apóstoles Pedro y Pablo, traemos a tu altar nuestras ofrendas y te suplicamos que la grandeza de tu misericordia supla la extrema pobreza de nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque en los apóstoles Pedro y Pablo has querido darnos un motivo de alegría: Pedro fue el primero en confesar la fe; Pablo, el maestro que la anunció con claridad; Pedro fundó la primitiva Iglesia con el resto de Israel; Pablo la extendió entre los paganos llamados a la fe.

De esta forma, Señor, por caminos diversos, congregaron a la única familia de Cristo; y coronados por el martirio, son igualmente venerados por tu pueblo. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 21, 15. 17

Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Señor, que fortalezcas con estos celestiales sacramentos a tus fieles, que has iluminado con la enseñanza de los santos Apóstoles. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.


Misa del día

ANTÍFONA DE ENTRADA

Éstos son los que, viviendo en nuestra carne, con su sangre fecundaron a la Iglesia, bebieron del cáliz del Señor, y fueron hechos amigos suyos.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, tú que nos llenas de una venerable y santa alegría en la solemnidad de tus santos apóstoles Pedro y Pablo, concede a tu Iglesia que se mantenga siempre fiel a todas las enseñanzas de aquellos por quienes comenzó la propagación de la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Ahora sí estoy seguro de que el Señor envió a su ángel, para librarme de las manos de Herodes.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 12, 1-11

En aquellos días, el rey Herodes mandó apresar a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos. Mandó pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan, y viendo que eso agradaba a los judíos, también hizo apresar a Pedro. Esto sucedió durante los días de la fiesta de los panes Ázimos. Después de apresarlo, lo hizo encarcelar y lo puso bajo la vigilancia de cuatro turnos de guardia, de cuatro soldados cada turno. Su intención era hacerlo comparecer ante el pueblo después de la Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel, la comunidad no cesaba de orar a Dios por él.

La noche anterior al día en que Herodes iba a hacerlo comparecer ante el pueblo, Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas y los centinelas cuidaban la puerta de la prisión. De pronto apareció el ángel del Señor y el calabozo se llenó de luz. El ángel tocó a Pedro en el costado, lo despertó y le dijo: "Levántate pronto". Entonces las cadenas que le sujetaban las manos se le cayeron. El ángel le dijo: "Cíñete la túnica y ponte las sandalias", y Pedro obedeció. Después le dijo: "Ponte el manto y sígueme". Pedro salió detrás de él, sin saber si era verdad o no lo que el ángel hacía, y le parecía más bien que estaba soñando. Pasaron el primero y el segundo puesto de guardia y llegaron a la puerta de hierro que daba a la calle. La puerta se abrió sola delante de ellos. Salieron y caminaron hasta la esquina de la calle y de pronto el ángel desapareció.

Entonces, Pedro se dio cuenta de lo que pasaba y dijo: "Ahora sí estoy seguro de que el Señor envió a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de todo cuanto el pueblo judío esperaba que me hicieran". 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

Del salmo 33 

R/. El Señor me libró de todos mis temores.

Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.

Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores. R/.

Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias. R/.

Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en Él. R/.

Ahora sólo espero la corona merecida.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 4, 6-8. 17-18

Querido hermano: Ha llegado para mí la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi partida. He luchado bien en el combate, he corrido hasta la meta, he perseverado en la fe. Ahora sólo espero la corona merecida, con la que el Señor, justo juez, me premiará en aquel día, y no solamente a mí, sino a todos aquellos que esperan con amor su glorioso advenimiento.

Cuando todos me abandonaron, el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, por mi medio, se proclamara claramente el mensaje de salvación y lo oyeran todos los paganos. Y fui librado de las fauces del león. El Señor me seguirá librando de todos los peligros y me llevará sano y salvo a su Reino celestial. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN Mt 16, 18 







R/. Aleluya, aleluya.


Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella, dice el Señor. R/.


Tú eres Pedro y yo te daré las llaves del Reino de los cielos.

Del santo Evangelio según san Mateo: 16, 13-19

En aquel tiempo cuando llego Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas".


Luego les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".

Jesús le dijo entonces: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Haz, Señor, que la oración de tus santos Apóstoles acompañe la ofrenda que te presentamos, y nos permita celebrar con devoción este santo sacrificio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque en los apóstoles Pedro y Pablo has querido darnos un motivo de alegría: Pedro fue el primero en confesar la fe; Pablo, el maestro que la anunció con claridad; Pedro fundó la primitiva Iglesia con el resto de Israel; Pablo la extendió entre los paganos llamados a la fe.

De esta forma, Señor, por caminos diversos, congregaron a la única familia de Cristo; y coronados por el martirio, son igualmente venerados por tu pueblo. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 16, 16. 18

Dijo Pedro a Jesús: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados por este sacramento, Señor, concédenos vivir de tal manera en tu Iglesia que, perseverando en la fracción del pan y en la enseñanza de los Apóstoles, tengamos un solo corazón y un mismo espíritu, fortalecidos por tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.