lunes, 6 de agosto de 2012

LECTURAS DEL LUNES XVIII DEL T. ORDINARIO 6 DE AGOSTO LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR



Sus vestiduras se pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie puede lograr sobre la tierra.




ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Mt 17, 5)

El día de la Transfiguración apareció el Espíritu Santo en una nube luminosa y se oyó la voz del Padre celestial que decía: Éste es mi Hijo unigénito, en quien he puesto todo mi amor. Escúchenlo.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que en la Transfiguración gloriosa de tu Hijo unigénito fortaleciste nuestra fe con el testimonio de Moisés y Elías y nos dejaste entrever la gloria que nos espera, como hijos tuyos, concédenos seguir el Evangelio de Cristo para compartir con Él la herencia de tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Nosotros escuchamos esta voz venida del cielo.

De la segunda carta del apóstol san Pedro: 1, 16-19


Hermanos: Cuando les anunciamos la venida gloriosa y llena de poder de nuestro Señor Jesucristo, no lo hicimos fundados en fábulas hechas con astucia, sino por haberlo visto con nuestros propios ojos en toda su grandeza. En efecto, Dios lo llenó de gloria y honor, cuando la sublime voz del Padre resonó sobre Él, diciendo: "Éste es mi Hijo amado, en quien yo me complazco". Y nosotros escuchamos esta voz, venida del cielo, mientras estábamos con el Señor en el monte santo.


Tenemos también la firmísima palabra de los profetas, a la que con toda razón ustedes consideran como una lámpara que ilumina en la oscuridad, hasta que despunte el día y el lucero de la mañana amanezca en los corazones de ustedes. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 96 

R/. Reina el Señor, alégrese la tierra.


Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo entero. Tinieblas y nubes rodean el trono del Señor que se asienta en la justicia y el derecho. R/.

Los montes se derriten como cera ante el Señor de toda la tierra. Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos. R/.

Tú, Señor altísimo, estás muy por encima de la tierra y mucho más en alto que los dioses. R/.



ACLAMACIÓN (Mt 17, 5) 



R/. Aleluya, aleluya.


Éste es mi Hijo muy amado, dice el Señor, en quien tengo puestas todas mis complacencias; escúchenlo. R/


Éste es mi Hijo amado.

Del santo Evangelio según san Marcos: 9, 2-10


En aquel tiempo, Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia. Sus vestiduras se pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie puede lograr sobre la tierra. Después se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. 


Entonces Pedro le dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué a gusto estamos aquí! Hagamos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". En realidad no sabía lo que decía, porque estaban asustados.

Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra, y de esta nube salió una voz que decía: "Éste es mi Hijo amado; escúchenlo".

En ese momento miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús, que estaba solo con ellos.

Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos guardaron esto en secreto, pero discutían entre sí qué querría decir eso de "resucitar de entre los muertos".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Santifica, Señor, los dones que te presentamos y, por la Transfiguración de tu Hijo, haz que esta Eucaristía nos purifique de todos nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO


En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.


Porque Cristo nuestro Señor reveló su gloria ante los testigos que Él escogió; y revistió con máximo esplendor su cuerpo, en todo semejante al nuestro, para quitar del corazón de sus discípulos el escándalo de la cruz y anunciar que toda la Iglesia —su cuerpo—, habría de participar de la gloria, que tan admirablemente resplandecía en Cristo, su cabeza.

Por eso, con los ángeles, que te cantan en el cielo, nosotros te alabamos en la tierra diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Jn 3, 2)

Cuando Cristo se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que la comunión que hemos recibido nos asemeje, Señor, cada día más a tu Hijo, cuya gloria quisiste manifestarnos en su Transfiguración. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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