lunes, 10 de junio de 2013

LECTURAS DEL LUNES X DEL T. ORDINARIO 10 DE JUNIO


Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. 





ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 6, 3-4)

Ten piedad de mí, Señor, porque me encuentro sin fuerzas. Cúrame, Señor, porque la enfermedad me aflige.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo unigénito soportara nuestros sufrimientos, para enseñarnos el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha nuestras súplicas por nuestros hermanos enfermos y concede a cuantos están afligidos por el dolor, las penas y la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que el Señor ha llamado bienaventurados, y de saberse unidos para salvación del mundo, a la pasión de Cristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Dios nos conforta para que nosotros podamos confortar a los demás en todos sus sufrimientos.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 1, 1-7


Yo, Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y Timoteo, hermano nuestro, deseamos a la Iglesia de Dios que está en Corinto y a todos los cristianos que viven en la provincia de Acaya, la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor.

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre lleno de misericordia y Dios que siempre consuela. Él es quien nos conforta en nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos también confortar con la misma fuerza que recibimos de Dios, a los que se encuentran atribulados.

Porque así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así, por medio de Cristo, recibimos también un gran consuelo. Por eso, si sufrimos, es para consuelo y salvación de ustedes; si somos consolados, es también para consuelo de ustedes, para que puedan soportar con paciencia los mismos sufrimientos que nosotros soportamos.

Tenemos, pues, una firme esperanza en ustedes, porque sabemos que, así como ustedes son nuestros compañeros en el sufrimiento, también lo serán en el consuelo. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 33 

R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.

Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.

Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores. R/.

Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias. R/.

Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en Él. R/.



ACLAMACIÓN (Mt 5, 12) 

R/. Aleluya, aleluya.

Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos. R/.


Dichosos los pobres de espíritu.

Del santo Evangelio según san Mateo: 5, 1-12


En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, y les dijo:

"Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos, puesto que de la misma manera persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, cuya providencia dirige cada momento de nuestra vida, recibe las súplicas y las ofrendas con que imploramos tu misericordia por nuestros hermanos enfermos, para que la preocupación de ahora por su enfermedad, se nos convierta pronto en gozo por su salud. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Col 1, 24)

Así completo en mi carne los dolores de Cristo, por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, auxilio inefable en la enfermedad, ayuda con tu poder a estos hijos tuyos enfermos, para que, aliviados por tu misericordia, vuelvan a ocupar su lugar en la asamblea de tus fieles. Por Jesucristo, nuestro Señor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario