sábado, 6 de julio de 2013

LECTURAS DEL SÁBADO XIII DEL T. ORDINARIO 6 DE JULIO


Nadie echa el vino nuevo en odres viejos.





MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Hch 1, 14)

Con un mismo espíritu, los discípulos perseveraban en la oración junto con María, la Madre de Jesús.

ORACIÓN COLECTA

Dios misericordioso, que quisiste que tu Hijo unigénito proclamara desde la cruz como Madre nuestra a su propia Madre, haz que tu Iglesia, por la mediación y cooperación maternal de la Virgen María, crezca cada día en santidad y atraiga a su seno a todas las naciones. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Jacob suplantó a su hermano y le robó la bendición de su padre.

Del libro del Génesis: 27, 1-5. 15-29


Isaac había envejecido y ya no veía por tener debilitados los ojos. Un día llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: "¡Hijo mío!" Esaú le respondió: "Aquí estoy". Isaac le dijo: "Mira, ya soy viejo y no sé cuándo voy a morir. Así pues, toma tus flechas, tu aljaba y tu arco, sal al campo y caza algo para mí. Luego me preparas un buen guiso, como a mí me gusta, y me lo traes para que me lo coma y te bendiga antes de morir".

Pero Rebeca estaba escuchando la conversación de Isaac con Esaú. Cuando Esaú se fue al campo a cazar algo para su padre, Rebeca tomó la ropa más fina de Esaú, su hijo mayor, y se la puso a Jacob, su hijo menor. Luego, con la piel de unos cabritos, le cubrió a Jacob los brazos y la parte lampiña del cuello y le entregó el guisado y el pan que había preparado.

Jacob entró a donde estaba su padre y le dijo: "¡Padre!" Isaac le respondió: "Aquí estoy. ¿Quién eres, hijo?". Jacob le dijo a su padre: "Soy tu primogénito, Esaú. Ya hice lo que me dijiste. Levántate, siéntate y come de lo que he cazado, para que me bendigas".

Isaac le dijo: "¡Qué pronto encontraste algo para cazar, hijo!" Respondió Jacob: "Sí; es que el Señor, tu Dios, me lo puso delante". Isaac le dijo a Jacob: "Acércate, hijo, para que te toque y vea si realmente eres o no mi hijo Esaú". Jacob se acercó a su padre, Isaac, el cual lo palpó y dijo: "La voz es de Jacob, pero los brazos son de Esaú". Y no reconoció a Jacob porque sus brazos estaban velludos como los de su hermano mayor, y se dispuso Isaac a bendecirlo.

Entonces le dijo: "¿Eres tú de veras mi hijo Esaú?" Respondió Jacob: "Sí, yo soy". Le dijo Isaac: "Acércame lo que has cazado para que coma y después te bendiga". Jacob le acercó el guisado y el padre comió; también le trajo vino y bebió.Entonces le dijo Isaac a Jacob: "Hijo, acércate y bésame". Él se acercó y lo besó; y al aspirar Isaac el olor de su ropa, lo bendijo, diciendo:

"El aroma de mi hijo es como el aroma de un campo, bendecido por el Señor. Que Dios te conceda la lluvia del cielo y la fertilidad de la tierra, y trigo y vino en abundancia. Que los pueblos te sirvan y las naciones se postren ante ti; que seas señor de tus hermanos y que se postren ante ti los hijos de tu madre. Maldito sea el que te maldiga y bendito el que te bendiga".

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 134 

R/. Te alabamos, Señor, porque eres bueno.

Alaben el nombre del Señor, alábenlo, siervos del Señor, los que están en la casa del Señor, en los atrios de la casa de nuestro Dios. R/.

Alaben al Señor, porque es bueno; alaben su nombre, porque es amable. Él escogió a Jacob, a Israel como posesión suya. R/.

Yo sé que el Señor es grande, nuestro Dios, más que todos los dioses. El Señor hace todo lo que quiere en el cielo y en la tierra, en los mares y en los océanos. R/.



ACLAMACIÓN (Jn 10, 27) 





R/. Aleluya, aleluya.

Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.


¿Cómo pueden llevar luto los amigos del esposo, mientras él está con ellos?

Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 14-17


En aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le preguntaron: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, mientras nosotros y los fariseos sí ayunamos?" Jesús les respondió: "¿Cómo pueden llevar luto los amigos del esposo, mientras él está con ellos? Pero ya vendrán días en que les quitarán al esposo, y entonces sí ayunarán. Nadie remienda un vestido viejo con un parche de tela nueva, porque el remiendo nuevo encoge, rompe la tela vieja y así se hace luego más grande la rotura. Nadie echa el vino nuevo en odres viejos, porque los odres se rasgan, se tira el vino y se echan a perder los odres. El vino nuevo se echa en odres nuevos y así las dos cosas se conservan".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Convierte, Señor, en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, estos dones que te presentamos, y haz que este memorial de nuestra redención, nos inflame en el amor a la Virgen María, Madre de la Iglesia, y nos asocie íntimamente a ella en la obra de la salvación de los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO


En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, y alabarte en esta festividad de la Virgen María.

Porque al aceptar ella a tu Unigénito en su corazón inmaculado, mereció concebirlo en su seno virginal y, al dar a luz a Cristo, preparó el nacimiento de la Iglesia.

Porque al aceptar, junto a la cruz, el encargo de tu amor, recibió como hijos a todos los hombres, redimidos por la Sangre de Cristo.

Porque al unirse a las oraciones de los Apóstoles y de los discípulos, que esperaban la venida del Espíritu Consolador, se convirtió en el modelo de la Iglesia suplicante y, desde su asunción gloriosa a los cielos, sigue mostrando su amor y protección a la Iglesia que peregrina hacia la vida eterna, hasta que venga el Señor, lleno de gloria.

Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos sin cesar, diciendo: Santo, Santo, Santo...


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Jn 19, 26-27)

Desde la cruz, Cristo dijo al discípulo amado: "He ahí a tu Madre".

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Tú que nos has concedido en este sacramento la prenda de nuestra vida eterna, haz, Señor, que tu Iglesia, por la intercesión maternal de la Virgen María, ilumine a todas las naciones con la luz del Evangelio y las santifique con los dones de tu Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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