jueves, 12 de diciembre de 2013

LECTURAS DEL JUEVES II DE ADVIENTO 12 DE DICIEMBRE SOLEMNIDAD DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE


Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor.





ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 12, 1)

Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Padre de misericordia, que has puesto a este pueblo tuyo bajo la especial protección de la siempre Virgen María de Guadalupe, Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, profundizar en nuestra fe y buscar el progreso de nuestra patria por caminos de justicia y de paz. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo.

Del libro del profeta Isaías: 7, 10-14


En aquellos tiempos, el Señor le habló a Ajaz diciendo: "Pide al Señor, tu Dios, una señal de abajo, en lo profundo, o de arriba, en lo alto". Contestó Ajaz: "No la pediré. No tentaré al Señor".

Entonces dijo Isaías: "Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien, el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros".

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


O bien:

Yo soy la madre del amor. Vengan a mí, los que me aman.

Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 24, 23-31


Yo soy como una vid de fragantes hojas y mis flores son producto de gloria y de riqueza. Yo soy la madre del amor, del temor, del conocimiento y de la santa esperanza.

En mí está toda la gracia del camino y de la verdad, toda esperanza de vida y de virtud.

Vengan a mí, ustedes, los que me aman y aliméntense de mis frutos. Porque mis palabras son más dulces que la miel y mi heredad, mejor que los panales.
Los que me coman seguirán teniendo hambre de mí, los que me beban seguirán teniendo sed de mí; los que me escuchan no tendrán de qué avergonzarse y los que se dejan guiar por mí no pecarán. Los que me honran tendrán una vida eterna. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 66 

R/. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.

Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R/.

Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones. R/.

Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R/.


Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer.

De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 4, 4-7


Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos suyos.

Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: "¡Abbá!", es decir, ¡Padre! Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN (Lc 1, 47) 



R/. Aleluya, aleluya.

Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador. R/.


Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.

Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 39-48


En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno.

Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor". Entonces dijo María: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava". 

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL


Al Padre santo que nos ha dado a su Hijo por medio de María, presentémosle nuestras súplicas confiadas. Después de cada petición diremos:

Ven, Señor Jesús.

Por la Iglesia, para que sea reflejo fiel de la Virgen María. Oremos.

Por las naciones que reconocen a santa María de Guadalupe como su patrona, para que vivan siguiendo su ejemplo. Oremos.

Por los gobernantes de las naciones, para que a la manera de santa María de Guadalupe, lleven a sus pueblos buenas noticias de progreso compartido. Oremos.

Por las necesidades de todos los que vivimos en el continente Americano, para que transitemos por caminos de paz y justicia. Oremos.

Por los indígenas, primeros destinatarios de la Buena Nueva de santa María de Guadalupe, para que a todos se les anuncie el Evangelio de la salvación. Oremos.

Por nuestra parroquia (comunidad) para que la celebración de esta fiesta nos haga vivir como verdaderos hijos de Dios y de la Virgen María. Oremos.

Escucha, Padre, nuestras peticiones y concédenos lo que necesitamos para ser fieles a la Buena Nueva anunciada por santa María de Guadalupe. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, los dones que te presentamos en esta solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe, y haz que este sacrificio nos dé fuerza para cumplir tus mandamientos como verdaderos hijos de la Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de Santa María Virgen.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Sal 147, 20)

No ha hecho nada semejante con ningún otro pueblo; a ninguno le ha manifestado tan claramente su amor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos recibido en este sacramento nos ayuden, Señor, por intercesión de nuestra santísima Madre de Guadalupe, a reconocernos y a amarnos todos como verdaderos hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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