jueves, 18 de junio de 2015

LECTURAS DEL JUEVES XI DEL T. ORDINARIO 18 DE JUNIO (VERDE)


Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.



SANTA JULIANA DE FALCONIERI RELIGIOSA

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 77, 23-25

Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para que lo comieran; les dio un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el misterio pascual de tu Unigénito, concede, benigno, que quienes anunciamos llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su muerte y resurrección, experimentemos un continuo aumento de tu salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Les he anunciado gratuitamente el Evangelio de Dios.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios 11, 1-11


Hermanos: Ojalá soportaran ustedes que les dijera unas cuantas cosas sin sentido. Sopórtenmelas, pues estoy celoso de ustedes con celos de Dios, ya que los he desposado con un solo marido y los he entregado a Cristo como si fueran ustedes una virgen pura. Y me da miedo que, como la serpiente engañó a Eva con su astucia, así extravíe el modo de pensar de ustedes y los aparte de la entrega sincera a Cristo.


Porque si alguien viniera a predicarles un Cristo diferente del que yo les he predicado, o a comunicarles un Espíritu diferente del que han recibido, o un Evangelio diferente del que han aceptado, ciertamente ustedes le harían caso. Sin embargo, yo no me juzgo en nada inferior a esos "superapóstoles". Seré inculto en mis palabras, pero no en mis conocimientos, como se lo he demostrado a ustedes siempre y en presencia de todos.

¿O es que hice mal en rebajarme para enaltecerlos a ustedes, anunciándoles gratuitamente el Evangelio de Dios? He despojado a otras comunidades cristianas, aceptando de ellas una ayuda para poder servirlos a ustedes. Mientras estuve con ustedes, aunque pasé necesidades, a nadie le fui gravoso; fueron los hermanos venidos de Macedonia los que proveyeron a mis necesidades. Siempre he evitado serles gravoso a ustedes, y lo seguiré evitando.

Pongo a Cristo por testigo de que nadie me quitará esta gloria en toda la provincia de Acaya. ¿Por qué digo esto? ¿Será que no los quiero? Dios sabe que sí los quiero. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.


Del salmo 110

R/. Justas y verdaderas son tus obras, Señor.


Quiero alabar a Dios de corazón en las reuniones de los justos. Grandiosas son las obras del Señor y para todo fiel dignas de estudio. R/.


De majestad y gloria hablan sus obras y su justicia dura para siempre. Ha hecho inolvidables sus prodigios. El Señor es piadoso y es clemente. R/.

Justas y verdaderas son sus obras, son dignos de confianza sus mandatos, pues nunca pierden su valor y exigen ser fielmente ejecutados. R/.



ACLAMACIÓN Rm 8, 15 







R/. Aleluya, aleluya.


Hemos recibido un espíritu de hijos, que nos hace exclamar: ¡Padre! R/.


Ustedes oren así.

Del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando ustedes hagan oración no hablen mucho, como los paganos, que se imaginan que a fuerza de mucho hablar, serán escuchados. No los imiten, porque el Padre sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes pues, oren así:


Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes los perdonará el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan a los hombres, tampoco el Padre les perdonará a ustedes sus faltas". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, imploramos humildemente tu clemencia, a fin de que este sacramento de amor sea para nosotros signo de unidad y vínculo de caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 6, 51-52

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de este pan vivirá Eternamente. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, que la participación en este banquete celestial nos santifique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y la Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

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