domingo, 29 de abril de 2018

LECTURAS DEL DOMINGO V DE PASCUA 29 DE ABRIL (BLANCO)


Yo soy la vid, ustedes los sarmientos.







ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 97, 1-2

Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas y todos los pueblos han presenciado su victoria. Aleluya.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, lleva a su plenitud en nosotros el sacramento pascual, para que, a quienes te dignaste renovar por el santo bautismo, les hagas posible, con el auxilio de tu protección, abundar en frutos buenos, y alcanzar los gozos de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Les contó como había visto al Señor en el camino.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 9, 26-31


Cuando Pablo regreso a Jerusalén, trato de unirse a los discípulos, pero todos le tenían miedo, por que no creían que se hubiera convertido en discípulo.



Entonces, Bernabé lo presento a los apóstoles y le refirió como Saulo había visto al Señor en el camino, como el Señor le había hablado y como el había predicado en Damasco, con valentía, en el nombre de Jesús. Desde entonces, vivió con ellos en Jerusalén, iba y venía, predicando abiertamente en el nombre del Señor, hablaba y discutía con los judíos de habla griega y éstos intentaban matarlo. Al enterarse de esto, los hermanos condujeron a Pablo a Cesarea y lo despacharon a Tarso.

En aquellos días, las comunidades cristianas gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samaria, con lo cual se iban consolidando, progresaban en la fidelidad a Dios y se multiplicaban, animadas por el Espíritu Santo.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 21 

R/. Bendito sea el Señor. Aleluya.



Le cumpliré mis promesas al Señor delante de sus fieles. Los pobres comerán hasta saciarse y alabarán al Señor los que lo buscan: su corazón ha de vivir para siempre. R/.

Recordaran al Señor y volverán a Él desde los últimos lugares del mundo; en su presencia se postraran todas las familias de los pueblos. Solo ante Él se postrarán todos los que mueren. R/.

Mi descendencia lo servirá y le contará a la siguiente generación, al pueblo que ha de nacer, la justicia del Señor y todo lo que Él ha hecho. R/.


Este es su mandamiento: que creamos y que nos amemos.

De la primera carta del apóstol san Juan: 3, 18-24


Hijos míos: No amemos solamente de  palabra, amemos de verdad y con las obras. En esto conoceremos que somos de verdad y delante de Dios tranquilizaremos nuestra conciencia de cualquier cosa que ella nos reproche, por que Dios es más grande que nuestra conciencia y todo lo conoce. Si nuestra conciencia no nos remuerde, entonces, hermanos míos, nuestra confianza en Dios es total.



Puesto que cumplimos los mandamientos de Dios y hacemos lo que le agrada, ciertamente obtendremos de Él todo lo que le pidamos. Ahora bien, éste es su mandamiento: que creamos en la persona de Jesucristo, su Hijo, y nos amemos los unos a los otros, conforme al precepto que nos dio.

Quien cumple sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él. En esto conocemos, por el Espíritu que Él nos ha dado, que Él permanece en nosotros.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN Jn 15, 4-5 







R/. Aleluya, aleluya.



Permanezcan en mí y yo en ustedes, dice el Señor; el que permanece en mí da fruto abundante. R/.


El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.

Del santo Evangelio según san Juan: 15, 1-8


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la verdad vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, Él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.



Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en el, ese da fruto abundante, porque sin mí nada puede hacer. Al que no permanece en mí se le echa afuera, como el sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.

Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos”.

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo

PLEGARIA UNIVERSAL

Unidos a Jesús resucitado, como los sarmientos de la vid, presentemos nuestras plegarias. Después de cada petición diremos: Jesús resucitado, escúchanos.

 Por los pastores de nuestras comunidades, para que puedan guiar con sabiduría el rebaño que el Buen Pastor les ha confiado. Oremos.

Por el mundo entero, para que pueda gozar de la verdadera paz de Cristo. Oremos.


Por los cristianos que viven en países en los que son perseguidos, para que el Señor resucitado les dé fortaleza para mantenerse fieles. Oremos. 

Por todos los niños que en esta Pascua harán su primera Comunión, para que reconozcan en la Eucaristía a Jesús resucitado que los ama y acompaña. Oremos. 

Por nuestra comunidad, para que con gran confianza dé testimonio de la Resurrección de Cristo. Oremos. 

Escucha, Jesús resucitado, nuestra oración, y danos tu Espíritu Santo. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, que por el santo valor de este sacrificio nos hiciste participar de tu misma y gloriosa vida divina, concédenos que, así como hemos conocido tu verdad, de igual manera vivamos de acuerdo con ella. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 15, 1. 5

Yo soy la vid verdadera y ustedes los sarmientos, dice el Señor; si permanecen en mí y yo en ustedes darán fruto abundante. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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