martes, 11 de septiembre de 2018

LECTURAS DEL MARTES XXIII DEL T. ORDINARIO 11 DE SEPTIEMBRE (VERDE)


Jesús se retiró al monte a orar y se pasó la noche en oración con Dios.






ANTÍFONA DE ENTRADA Ef 4, 4-6

Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como es también sólo una esperanza del llamamiento que ustedes han recibido. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que reina sobre todos, actúa a través de todo y vive en todos.

ORACIÓN COLECTA

Muéstranos, Señor, la abundancia de tu misericordia y, por el poder de tu Espíritu, aparta toda división entre los cristianos, para que tu Iglesia se manifieste con mayor claridad como signo de salvación levantado en medio de las naciones, y el mundo, iluminado por tu Espíritu, crea en Cristo, a quien enviaste. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA


¿Van ustedes a pleitear, hermano contra hermano, ante los infieles?

De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 6, 1-11


Hermanos: Cuando alguno de ustedes tiene algo contra un hermano, ¿cómo se atreve a llevar el asunto ante los tribunales paganos y no ante los hermanos? ¿No saben que los hermanos van a juzgar al mundo? Y si ustedes van a juzgar al mundo, ¿no son acaso capaces de juzgar esas pequeñeces? ¿No saben que vamos a juzgar a los ángeles? Pues, cuánto más los asuntos de esta vida.


Sin embargo, ustedes, cuando tienen que resolver asuntos de esta vida, se los llevan a los que no tienen ninguna autoridad sobre la comunidad cristiana. ¿No les da vergüenza? ¿De modo que no hay entre ustedes ninguna persona competente, que pueda ser juez de ustedes, y van a pleitear, hermano contra hermano, ante los infieles? El mismo hecho de que haya pleitos entre ustedes ya es una desgracia. ¿Por qué mejor no soportan la injusticia? ¿Por qué mejor no se dejan robar? Pero no, ustedes son los que hacen injusticias y despojan a los demás, que son sus propios hermanos.

¿Acaso no saben que los injustos no tendrán parte en el Reino de Dios? No se engañen: ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores tendrán parte en el Reino de Dios. Y eso eran algunos de ustedes. Pero han sido lavados, consagrados y justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por medio del Espíritu de nuestro Dios.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.




Del salmo 149


R/. El Señor es amigo de su pueblo.


Entonen al Señor un canto nuevo, en la reunión litúrgica proclámenlo. En su creador y rey, en el Señor, alégrese Israel, su pueblo santo. R/.


En honor de su nombre, que haya danzas, alábenlo con arpa y tamboriles. El Señor es amigo de su pueblo y otorga la victoria a los humildes. R/.

Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el regocijo sus hogares, que alaben al Señor con sus palabras, porque en esto su pueblo se complace. R/.



ACLAMACIÓN  Cfr. Jn 15, 16









R/. Aleluya, aleluya.


Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca. R/.

Pasó la noche en oración y eligió a doce discípulos, a los que llamó apóstoles.

Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 12-19


Por aquellos días, Jesús se retiró al monte a orar y se pasó la noche en oración con Dios.


Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

Al bajar del monte con sus discípulos y sus apóstoles, se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y Jerusalén, como de la costa de Tiro y de Sidón. Habían venido a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

Palabra del Señor. 

Gloria a ti Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que el sacrificio que te ofrecemos, Señor, nos purifique y también haga partícipes, finalmente, de los mismos sacramentos a todos a quienes nos une un mismo bautismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio 

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. 

Por él nos has conducido al conocimiento de tu verdad, para que fuéramos hechos miembros de su cuerpo mediante el vínculo de una misma fe y un mismo bautismo; por él has enviado sobre todos los pueblos a tu Espíritu Santo, quien, en la diversidad de sus dones, es admirable constructor de la Iglesia y autor de la unidad, habita en tus hijos de adopción y colma y gobierna a toda la Iglesia. 

Por eso, unidos al coro de los ángeles, te alabamos con alegría, diciendo: Santo, Santo, Santo ...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN cfr. Jn 17, 21.23

Que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, somos uno, a fin de que sean uno en nosotros: yo en ellos y tú en mí, para que su unidad sea perfecta.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el sacramento de tu Hijo, te pedimos, Señor, que renueves en tu Iglesia la gracia de santificar que le has concedido, y que todos los que se glorían del nombre cristiano, merezcan servirte en la unidad de la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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