miércoles, 27 de febrero de 2019

LECTURAS DEL MIÉRCOLES VII DEL T. ORDINARIO 27 DE FEBRERO (VERDE)


No hay ninguno que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz de hablar mal de mí.






ANTÍFONA DE ENTRADA Mt 19, 21

Si quieres ser perfecto, ve a vender todo lo que tienes, dales el dinero a los pobres; luego ven y sígueme, dice el Señor.

ORACIÓN COLECTA


Padre santo, que, aunque llamas a todos tus hijos a la perfección de la caridad, invitas a algunos a seguir más de cerca las huellas de tu Hijo, concede a quienes has elegido para esta vocación especial vivir de tal manera, que sean para la Iglesia y para el mundo, un signo elocuente de tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo...

O bien, si es un sacerdote religioso el que celebra:

Señor, mira con bondad a nuestra familia y bendícela con nuevas vocaciones, para que pueda alcanzar la perfección de la caridad y trabajar eficazmente por la salvación de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA


El Señor ama a aquellos que aman la sabiduría.

Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 4,12-22


La sabiduría instruye a sus hijos y cuida de aquellos que la buscan. El que ama la sabiduría, ama la vida; el que madruga para encontrarla, será colmado de gozo; el que la abraza, heredará la gloria y recibirá la bendición del Señor en todo lo que emprenda.

Los que sirven a la sabiduría, sirven al Señor, que es santo, y el Señor ama a aquellos que la aman. Quien la escucha, juzgará con rectitud; quien le hace caso, vivirá tranquilo. El que confía en ella, llegará a poseerla y la dejará en herencia a sus descendientes.

Al principio, la sabiduría lo llevará por caminos sin rumbo y lo atormentará con sustos y temores, lo hará sufrir con la conducta que le impone, y lo pondrá a prueba con sus órdenes. Pero, una vez que la acepte de corazón, la sabiduría lo conducirá gozoso por el camino recto y le revelará sus secretos; pero si él no le hace caso, ella lo abandonará y lo dejará seguir su camino de perdición. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 118.


R/. Quienes aman tus leyes, de inmensa paz disfrutan.


Quienes aman tus leyes, de inmensa paz disfrutan; para ellos no hay tropiezos. Observo tus mandatos, obedezco tus órdenes; tú conoces mi vida. R/.

Brotarán de mis labios, Señor, tus alabanzas, pues tu ley me enseñaste. En honor de tus leyes entonaré cantares, porque todas son justas. R/.

De ti, Señor, con ansias deseo mi salvación; tu ley es mi deleite. Que sólo viva yo, Señor, para alabarte y que tu ley me ayude. R/.



ACLAMACIÓN  Jn 14, 6 







R/. Aleluya, aleluya.


Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre si no es por mí, dice el Señor. R/.

El que no está contra nosotros, está a nuestro favor

Del santo Evangelio según san Marcos: 9, 38-40

En aquel tiempo, Juan le dijo a Jesús: "Hemos visto a uno que expulsaba a los demonios en tu nombre, y como no es de los nuestros, se lo prohibimos". Pero Jesús le respondió: "No se lo prohíban, porque no hay ninguno que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz de hablar mal de mí. Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Padre santo, los dones que te presentamos y concede a cuantos se han propuesto seguir con entusiasmo a tu Hijo por el camino estrecho de la perfección evangélica, la libertad de espíritu y la verdadera fraternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 19, 27-29

En verdad les digo que ustedes, los que han dejado todo para seguirme, recibirán cien veces más y obtendrán la vida eterna, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Fortalece, Señor, a tus siervos, con el alimento y la bebida espiritual, para que, siempre fieles al llamado evangélico, muestren en todas partes una viva imagen de tu Hijo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

O bien, si es un sacerdote religioso el que celebra:


Por la eficacia de este sacramento, concédenos, Señor, vivir siempre conforme a tu voluntad, para que podamos dar testimonio de tu amor ante el mundo y buscar decididamente los únicos bienes que no se acaban. 
Por Jesucristo, nuestro Señor.

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