viernes, 6 de agosto de 2021

LECTURAS DEL SÁBADO XVIII DEL T. ORDINARIO 7 DE AGOSTO (VERDE)

 

Si ustedes tuvieran fe al menos del tamaño de una semilla de mostaza.






ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Lc 1, 47-48

Entonces dijo María: mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que te dignaste elegir el seno virginal de la santísima Virgen María como morada en que habitara tu Palabra, concédenos que, fortalecidos con su protección, podamos tomar parte, llenos de gozo, en esta celebración. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA


Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón.

Del libro del Deuteronomio: 6, 4-13

En aquellos días, habló Moisés al pueblo y le dijo: "Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas.

Graba en tu corazón los mandamientos que hoy te he transmitido. Repíteselos a tus hijos y háblales de ellos cuando estés en tu casa o cuando vayas de camino; cuando te acuestes y cuando te levantes; átalos a tu mano como una señal y póntelos en la frente para recordarlos; escríbelos en los dinteles y en las puertas de tu casa.

Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra que juró dar a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, una tierra con ciudades grandes y ricas, que tú no has construido; con casas rebosantes de riquezas, que tú no has almacenado; con pozos, que tú no has excavado; con viñedos y olivares, que tú no has plantado; y cuando puedas comer hasta saciarte, no te olvides del Señor que te sacó de la esclavitud de Egipto. Al Señor, tu Dios, temerás y a Él solo servirás; sólo en su nombre jurarás".

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


Del salmo 17 

R/. Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza.

Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza, el Dios que me protege y me libera. R/.

Tú eres mi refugio, mi salvación, mi escudo, mi castillo. Cuando invoqué al Señor de mi esperanza, al punto me libró de mi enemigo. R/.

Bendito seas, Señor, que me proteges; que tú, mi salvador, seas bendecido. Te alabaré, Señor, ante los pueblos y elevaré mi voz agradecido. Tú concediste al rey grandes victorias y mostraste tu amor a tu elegido. R/.


ACLAMACIÓN Cfr. 2 Tm 1, 10 

R/. Aleluya, aleluya.


Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R/.


Si ustedes tienen fe, nada les será imposible.

Del santo Evangelio según san Mateo: 17, 14-20

En aquel tiempo, al llegar Jesús a donde estaba la multitud, se le acercó un hombre, que se puso de rodillas y le dijo: "Señor, ten compasión de mi hijo. Le dan ataques terribles. Unas veces se cae en la lumbre y otras muchas, en el agua. Se lo traje a tus discípulos, pero no han podido curarlo".

Entonces Jesús exclamó: "¿Hasta cuándo estaré con esta gente incrédula y perversa? ¿Hasta cuándo tendré que aguantarla? Tráigame aquí al muchacho". Jesús ordenó al demonio que saliera del muchacho, y desde ese momento éste quedó sano.

Después, al quedarse solos con Jesús, los discípulos le preguntaron: "¿Por qué nosotros no pudimos echar fuera a ese demonio?" Les respondió Jesús: "Porque les falta fe. Pues yo les aseguro que si ustedes tuvieran fe al menos del tamaño de una semilla de mostaza, podrían decirle a ese monte: 'Trasládate de aquí para allá', y el monte se trasladaría. Entonces nada sería imposible para ustedes".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que te sean aceptables, Señor, los dones que tu pueblo te ofrece en la conmemoración de la santísima Virgen María, quien por su virginidad fue grata a tus ojos y por su humildad concibió a tu Hijo, Señor nuestro. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Prefacio de santa María Virgen, MR, pp. 531-535 (527-531).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 2, 19

María guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Hechos partícipes del alimento espiritual, te pedimos, Señor Dios nuestro, que imitando asiduamente a la bienaventurada Virgen María, nos encontremos siempre diligentes para el servicio de la Iglesia y experimentemos el gozo de ser tus servidores. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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