sábado, 3 de junio de 2023

LECTURAS DEL SÁBADO VIII DEL T. ORDINARIO 3 DE JUNIO SAN CARLOS LWANGA Y COMPAÑEROS MÁRTIRES (ROJO)

 

"Pues tampoco yo les diré con qué autoridad hago todo esto".





ANTÍFONA DE ENTRADA       Cfr. Sab 3, 6-7. 9

El Señor probó a sus elegidos como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto. En el juicio de Dios serán premiados, pues la gracia y la misericordia son para sus elegidos.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que hiciste que la sangre de los mártires sea semilla de nuevos cristianos, concédenos que el campo de tu Iglesia, regado por la sangre de los santos Carlos Lwanga y compañeros, produzca siempre abundante cosecha para ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Le doy gracias al que me ha concedido sabiduría.

Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 51, 17-27

Te doy gracias y te alabo, Señor, y bendeciré tu nombre para siempre.

Desde mi adolescencia, antes de que pudiera pervertirme, decidí buscar abiertamente la sabiduría. En el templo se la pedí al Señor y hasta el fin de mis días la seguiré buscando. Dio su flor y maduró, como racimo de uvas, y mi corazón puso en ella su alegría.

Mi pie avanzó por el camino recto, pues desde mi juventud seguí sus huellas; tan pronto como le presté oídos, la recibí y obtuve una gran instrucción. La sabiduría me ha hecho progresar, por eso glorificaré al que me la concedió.

Decidí ponerla en práctica, busqué ardorosamente el bien y no quedé defraudado. Luché por ella con toda mi alma, cumpliendo cuidadosamente la ley.

Levanté mis brazos hacia el cielo y deploré conocerla tan poco. Concentré en ella mis anhelos y con un corazón puro la poseí. Desde el principio ella me conquistó, por eso jamás la abandonaré.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

Del salmo 18

R/. Los mandamientos del Señor alegran el corazón.

La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.

En los mandamientos de Dios hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R/.

La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.

Más deseables que el oro y las piedras preciosas, las normas del Señor, y más dulces que la miel de un panal que gotea. R/.


ACLAMACIÓN Cfr. Col 3, 16. 17 





R/. Aleluya, aleluya.

Que la palabra de Cristo habite en ustedes abundantemente. Háganlo todo dando gracias a Dios Padre, por medio de Cristo. R/.


¿Con qué autoridad haces todo esto?

Del santo Evangelio según san Marcos: 11, 27-33

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron de nuevo a Jerusalén, y mientras Jesús caminaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y le preguntaron: "¿Con qué autoridad haces todo esto? ¿Quién te ha dado autoridad para actuar así?"

Jesús les respondió: "Les voy a hacer una pregunta. Si me la contestan yo les diré con qué autoridad hago todo esto. El bautismo de Juan, ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contéstenme".

Ellos se pusieron a razonar entre sí: "Si le decimos que de Dios, nos dirá: 'Entonces ¿por qué no le creyeron?' y, ¿si le decimos que de los hombres?" Pero, como le tenían miedo a la multitud, pues todos consideraban a Juan como verdadero profeta, le respondieron a Jesús: "No lo sabemos". Entonces Jesús les replicó: "Pues tampoco yo les diré con qué autoridad hago todo esto".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al presentarte, Señor, nuestras ofrendas, te suplicamos humildemente que, así como tus mártires prefirieron morir antes que ofenderte, nosotros vivamos consagrados a ti, entregados a servirte en tu altar. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN    Sal 115, 15

A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo recibido, Señor, el divino sacramento, al conmemorar la victoria de tus santos mártires, te suplicamos que, lo que a ellos les permitió soportar los suplicios, a nosotros nos obtenga, en medio de las adversidades, constancia en la fe y en la caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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