viernes, 14 de julio de 2023

LECTURAS DEL VIERNES XIV DEL T. ORDINARIO 14 DE JULIO (VERDE)

 

Sean, pues, precavidos como las serpientes y sencillos como las palomas.



Misa votiva de la Preciosísima Sangre de nuestro Señor Jesucristo, o san Camilo de Lelis, presbítero* MR, pp. 1176 (1166) / Lecc. II, p. 548


ANTÍFONA DE ENTRADA Apoc 5, 9-10

Con tu sangre compraste para Dios hombres de todas las razas y lenguas, de todos los pueblos y naciones, para constituir un reino para Dios.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que redimiste a todos los hombres con la preciosa Sangre de tu Unigénito, conserva en nosotros la obra de tu misericordia, para que, celebrando sin cesar el misterio de nuestra salvación, merezcamos alcanzar sus frutos. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Ya puedo morir tranquilo, pues te he vuelto a ver.

Del libro del Génesis: 46, 1-7. 28-30

En aquellos días, partió Jacob con todas sus pertenencias y llegó a Bersebá, donde hizo sacrificios al Dios de su padre Isaac. Por la noche, Dios se le apareció y le dijo: “¡Jacob, Jacob!" Él respondió: "Aquí estoy". El Señor le dijo: "Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No tengas miedo de ir a Egipto, porque ahí te convertiré en un gran pueblo. Yo iré contigo allá, José te cerrará los ojos y después de muerto, yo mismo te haré volver aquí".

Al partir de Bersebá, los hijos de Jacob hicieron subir a su padre, a sus pequeños y a sus mujeres en las carretas que había mandado el faraón para transportarlos. Tomaron el ganado y cuanto habían adquirido en la tierra de Canaán y se fueron a Egipto, Jacob y todos sus descendientes, sus hijos y nietos, sus hijas y nietas. Jacob mandó a Judá por delante para que le avisara a José y le preparara un sitio en la región de Gosén. Cuando ya estaban por llegar, José enganchó su carroza y se fue a Gosén para recibir a su padre. Apenas lo vio, corrió a su encuentro y, abrazándolo largamente, se puso a llorar. Jacob le dijo a José: "Ya puedo morir tranquilo, pues te he vuelto a ver y vives todavía". 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

Del salmo 36

R/. La salvación del justo es el Señor.

Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra. Busca en Él tu alegría y te dará el Señor cuanto deseas. R/.

Cuida el Señor la vida de los buenos y su herencia perdura; no se marchitarán en la sequía y en tiempos de escasez tendrán hartura. R/.

Apártate del mal, practica el bien y tendrás una casa eternamente; porque al Señor le agrada lo que es justo y vela por sus fieles. R/.

ACLAMACIÓN  Jn 16, 13; 14, 26



R/. Aleluya, aleluya.


Cuando venga el Espíritu de verdad, Él les enseñará toda la verdad y les recordará todo cuanto yo les he dicho, dice el Señor. R/.

No serán ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre.

Del santo Evangelio según san Mateo: 10, 16-23

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "Yo los envío como ovejas entre lobos. Sean, pues, precavidos como las serpientes y sencillos como las palomas.

Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los enjuicien, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes.

El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin, se salvará.

Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Yo les aseguro que no alcanzarán a recorrer todas las ciudades de Israel, antes de que venga el Hijo del hombre". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al traer ante tu soberana presencia, Señor, nuestros dones, haz que, por medio de estos misterios, nos acerquemos a Jesús, el mediador de la nueva Alianza, y nos renovemos por la aspersión salvadora de su Sangre. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. 1 Cor 10, 16

El cáliz de nuestra acción de gracias, nos une en la Sangre de Cristo; y el pan que partimos, nos une en el Cuerpo del Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo sido reconfortados con el alimento y la bebida de salvación, te pedimos, Señor, que seamos bañados siempre con la sangre de nuestro Salvador, y que ésta se convierta para nosotros en fuente de agua que brote hasta la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien:

Memoria de san Camilo de Lelis, presbítero MR, pp. 785 (772) y 976 (968)

Una vida desenfrenada lo condujo a internarse en el Hospital de Incurables de Roma. Lo conmovió el abandono en que vivían los enfermos, y se hizo enfermero. Algunos compañeros lo siguieron (1582) y bajo su dirección fundaron "los Siervos de los Enfermos". Ya siendo sacerdote, pasó la mayor parte de su vida al lado de los miembros sufrientes de Cristo (1550-1614).

ANTÍFONA DE ENTRADA Mt 25, 34. 36. 40

Vengan, benditos de mi Padre, dice el Señor, porque estuve enfermo y me visitaron. Yo les aseguro que cuanto hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que concediste al presbítero san Camilo de Lelis la gracia de un amor especial por los enfermos, infunde en nosotros, por su intercesión, el espíritu de caridad, para que, sirviéndote en nuestros hermanos, podamos, en la hora de nuestra muerte, presentarnos ante ti llenos de confianza. Por nuestro Señor Jesucristo ...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acoge, Señor, las ofrendas de tu pueblo, para que, al celebrar la obra de la caridad inmensa de tu Hijo, seamos confirmados en el amor a ti y al prójimo, a ejemplo de san Camilo de Lelis. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 15, 13

Nadie tiene un amor más grande, que el que da la vida por sus amigos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados por este santo sacramento, concédenos, Señor, seguir los ejemplos de san Camilo de Lelis, que te honró con su incansable piedad y con su inmensa caridad hizo tanto bien a tu pueblo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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