"¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!"
Misa para fomentar. la concordia, M.R. p. 1118 (110).
ANTIFONA DE ENTRADA Hech 4, 32-33
La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Los apóstoles daban testimonio, con mucho poder, de la resurrección del Señor Jesús, y gozaban de gran estima.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, perfecta unidad y amor verdadero; concede a tus hijos tener un solo corazón y una sola alma, para que tu Iglesia se fortalezca en la concordia, se apoye en la confesión de la verdad y se afirme en la perfecta unidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Vuélvete al Señor y deja ya de pecar.
A los que se arrepienten, el Señor los ayuda a volver, y él reanima a los que pierden la esperanza. Vuélvete al Señor y deja ya de pecar, póstrate en su presencia y quita los obstáculos. Aléjate de la injusticia y vuélvete al Altísimo, aborrece con toda el alma lo que él aborrece.
¿Quién alabará al Altísimo en el sepulcro, como aquellos que le dan gloria mientras viven? El muerto ya no alaba al Señor, pues ya no existe; es el bueno y sano quien le da gloria. Cuán grande es la misericordia del Señor y su perdón para los que se vuelven a él.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 31
R/. Perdona, Señor, nuestros pecados.
Dichoso aquel que ha sido absuelto de su culpa y su pecado. Dichoso aquel en el que Dios no encuentra ni delito ni engaño. R/.
Ante el Señor reconocí mi culpa, no oculté mi pecado. Te confesé, Señor, mi gran delito y tú me has perdonado. R/.
Por eso, en el momento de la angustia, que todo fiel te invoque, y no lo alcanzarán las grandes aguas, aunque éstas se desborden. R/.
ACLAMACIÓN 2 Cor 8, 9
R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza. R/.
Ve y vende lo que tienes y sígueme.
Del santo Evangelio según san Marcos: 10, 17-27
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó corriendo un hombre, se arrodilló ante él y le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?" Jesús le contestó: "¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, no cometerás fraudes, honrarás a tu padre y a tu madre".
Entonces él le contestó: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde muy joven". Jesús lo miró con amor y le dijo: "Sólo una cosa te falta: Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme". Pero al oír estas palabras, el hombre se entristeció y se fue apesadumbrado, porque tenía muchos bienes.
Jesús, mirando a su alrededor, dijo entonces a sus discípulos: "¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!" Los discípulos quedaron sorprendidos ante estas palabras; pero Jesús insistió: "Hijitos, ¡qué difícil es para los que confían en las riquezas, entrar en el Reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios".
Ellos se asombraron todavía más y comentaban entre sí: "Entonces, ¿quién puede salvarse?" Jesús, mirándolos fijamente, les dijo: "Es imposible para los hombres, mas no para Dios. Para Dios todo es posible".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIO DE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que por los sacramentos y por tus enseñanzas nos haces semejantes a ti, guíanos por tus caminos para que, por este sacrificio, alcancemos el don de la caridad que nos prometiste. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de la unidad de los cristianos.
ANTIFONA DE COMUNION Cf. Jn 17, 20-21
Dice el Señor: Te ruego, Padre, por aquellos que creerán en mí, para que sean uno en nosotros, y que el mundo crea que tú me enviaste.
ORACION DESPUES DE COMUNION
Padre, hemos recibido el sacramento de la unidad; te pedimos, a quienes vivimos en tu Iglesia, que unidos en un solo corazón tengamos en nosotros la paz que ofrecemos y conservemos la que recibimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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