jueves, 17 de mayo de 2012

LECTURAS DEL JUEVES VI DE PASCUA 17 DE MAYO



“Dentro de poco tiempo ya no me verán; y dentro de otro poco me volverán a ver”.






ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Sal 67, 8-9, 20)

Cuando saliste, Señor, al frente de tu pueblo y le abriste camino a través del desierto, la tierra se estremeció y hasta los cielos se fundieron. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que nos has hecho participes de los dones de la redención, concédenos vivir siempre la alegría de la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina contigo en la ciudad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Pablo se estableció en la casa de Aquila, trabajaba y predicaba en la sinagoga.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 18, 1-8


En aquellos días, Pablo salió de Atenas y se fue a Corinto. Allí encontró a un judío, llamado Aquila, natural del Ponto, que acababa de llegar de Italia con su mujer, Priscila, en acatamiento a las ordenes de Claudio, que expulsó de Roma a todos los judíos. Pablo se acerco a ellos, y como eran del mismo oficio, se quedo a vivir y a trabajar con ellos. Su oficio era fabricar tiendas de campaña. Cada sábado Pablo discutía en la sinagoga y trataba de convencer a judíos y griegos.


Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se dedico por completo a la predicción y afirmo delante de los judíos que Jesús era el Mesías. Como estos lo contradecían y lo insultaban, se rasgo las vestiduras y dijo: “Que la sangre de ustedes caiga sobre su propia cabeza: yo soy inocente. De ahora en adelante iré, hablar a los paganos”.

Salió de allí y entro en la casa de Tito Justo, que adoraba a Dios, y cuya casa estaba a lado de la sinagoga. 

Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor, junto con toda su familia. Asimismo, al oír a Pablo, muchos de los corintios creyeron y recibieron el bautismo.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 97 

R/. El señor nos ha demostrado su amor y su lealtad. Aleluya.


Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R/.

El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad a Israel. R/.

La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.



ACLAMACIÓN (cfr. Jn 14, 18) 



R/. Aleluya, aleluya.


No los dejaré desamparados, dice el Señor; me voy, pero volveré a ustedes y entonces se alegrará su corazón. R/.


Su tristeza se transformará en alegría.

Del santo Evangelio según san Juan: 16, 16-20


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Dentro de poco tiempo ya no me verán; y dentro de otro poco me volverán a ver”. Algunos de sus discípulos se preguntaba unos a otros: ¿Qué querrá decir con eso de que: Dentro de poco tiempo ya no me verán, y dentro de otro poco me volverán a ver, y con eso de que: Me voy al Padre?. Y se decían: “¿Qué significa ese “un poco”? no entendemos lo que quiere decir”.


Jesús comprendió que quería preguntarle algo y les dijo: ”Están confundidos por que les he dicho: Dentro de poco tiempo ya no me verán y dentro y dentro de otro poco me volverán a ver. Les aseguro que ustedes lloraran y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría”.

Palabra del Señor. 

Gloria a ti Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos, y purifica nuestros corazones para que podamos participar dignamente en este sacramento de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 28, 20)

Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo, dice el Señor. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todo poderoso y eterno, que en Cristo resucitado, nos has hecho renacer a la vida eterna, haz que este misterio pascual en la que acabamos de participar por medio de la Eucaristía, dé en nosotros abundantes frutos de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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