martes, 24 de septiembre de 2013

LECTURAS DEL MARTES XXV DEL T. ORDINARIO 24 DE SEPTIEMBRE


"Tu madre y tus hermanos están allá afuera y quieren verte".





ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 24, 16. 18)

Tengo los ojos puestos en el Señor, porque Él me libra de todo peligro. Mírame, Dios mío, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido.

ORACIÓN COLECTA

Nos acogemos, Señor, a tu providencia, que nunca se equivoca, y te pedimos humildemente que apartes de nosotros todo mal y nos concedas aquello que pueda contribuir a nuestro bien. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Terminaron la reconstrucción del templo y celebraron la Pascua.

Del libro de Esdras: 6, 7-8. 12. 14-20


En aquellos días, el rey Darío escribió a los jefes de la región del otro lado del río Éufrates: "Dejen que el gobernador y los dirigentes de los judíos reconstruyan el templo de Dios en su antiguo sitio. Éstas son mis órdenes acerca del proceder de ustedes con los dirigentes de los judíos, en lo que se refiere a la reconstrucción del templo de Dios: Con los impuestos de la región del otro lado del río, destinados al rey, se les pagarán puntualmente los gastos a esos hombres, para que no se interrumpa el trabajo. Yo, Darío, he promulgado este decreto para que se cumpla a la letra".

Así los dirigentes de los judíos avanzaron con rapidez en la reconstrucción del templo, alentados por las palabras de Ageo y de Zacarías, hijo de Idó, y llevaron a cabo la reconstrucción, conforme a lo mandado por el Dios de Israel y por Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia. El templo se terminó el día tres del mes de marzo del año sexto del reinado del rey Darío.

Los israelitas —sacerdotes, levitas y todos los demás que habían vuelto de la cautividad— celebraron con júbilo la dedicación del templo de Dios. Para la dedicación del templo ofrecieron cien toros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos, y como sacrificio por el pecado de todo Israel, doce machos cabríos, conforme al número de las tribus de Israel.

El servicio del templo de Jerusalén se encomendó a los sacerdotes, y a los levitas, según el orden que les correspondía, conforme a la ley de Moisés. Los israelitas que habían vuelto de la cautividad celebraron la Pascua el día catorce de abril. Todos los sacerdotes y los levitas se habían preparado para celebrarla y estaban puros; inmolaron, pues, la víctima pascual para todos los que habían vuelto de la cautividad, para sus hermanos los sacerdotes, y para sí mismos.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 121 

R/. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

¡Qué alegría sentí cuando me dijeron: "Vayamos a la casa del Señor"! Y hoy estamos aquí, Jerusalén, jubilosos, delante de tus puertas. R/.

A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, según lo que a Israel se le ha ordenado, para alabar el nombre del Señor. R/.



ACLAMACIÓN (Lc 11, 28) 




R/. Aleluya, aleluya.

Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica, dice el Señor. R/.


Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica.

Del santo Evangelio según san Lucas: 8, 19-21


En aquel tiempo, fueron a ver a Jesús su madre y sus parientes, pero no podían llegar hasta donde Él estaba porque había mucha gente. Entonces alguien le fue a decir: "Tu madre y tus hermanos están allá afuera y quieren verte".

Pero Él respondió: "Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Confiados en tu misericordia, Señor, venimos a tu altar con nuestros dones a fin de que te dignes purificarnos por este memorial que estamos celebrando.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mc 11, 23-24)

Yo les aseguro, dice el Señor, que todo cuanto pidan en la oración, si tienen fe en obtenerlo, les será concedido.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre santo, tú que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, guíanos por medio de tu Espíritu a fin de que, no sólo con palabras, sino con toda nuestra vida podamos demostrarte nuestro amor y así merezcamos entrar al Reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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