lunes, 14 de septiembre de 2015

LECTURAS DEL LUNES XXIV DEL T. ORDINARIO 14 DE SEPTIEMBRE (VERDE)


Señor, no te molestes, porque yo no soy digno de que tú entres en mi casa.






ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 47, 10-11

Meditamos, Señor, los dones de tu amor, en medio de tu templo. Tu alabanza llega hasta los confines de la tierra como tu fama. Tu diestra está llena de justicia.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que ordenas todas las cosas conforme a tu admirable designio, recibe con bondad las oraciones que te dirigimos por nuestra patria, (ciudad), a fin de que, por la sabiduría de sus gobernantes y la honestidad de los ciudadanos, se consoliden la concordia y la justicia y así sea posible construir, con paz, un progreso perdurable. Por nuestro Señor Jesucristo....

LITURGIA DE LA PALABRA

Pidan a Dios por todos los hombres, pues Él quiere que todos se salven.

De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 2, 1-8


Te ruego, hermano, que ante todo se hagan oraciones, plegarias, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, y en particular, por los jefes de Estado y las demás autoridades, para que podamos llevar una vida tranquila y en paz, entregada a Dios y respetable en todo sentido.


Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro salvador, pues Él quiere que todos los hombres se salven y todos lleguen al conocimiento de la verdad, porque no hay sino un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre Él también, que se entregó como rescate por todos.

El dio testimonio de esto a su debido tiempo y de esto yo he sido constituido, digo la verdad y no miento, pregonero y apóstol para enseñar la fe y la verdad.

Quiero, pues, que los hombres, libres de odios y divisiones, hagan oración donde quiera que se encuentren, levantando al cielo sus manos puras.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 27 

R/. Salva, Señor, a tu pueblo.


Escucha, Señor, mi súplica, cuando te pido ayuda y levanto las manos hacia tu santuario. R/.

El Señor es mi fuerza y mi escudo, en Él confía mi corazón; Él me socorrió y mi corazón se alegra y le canta agradecido. R/.

El Señor es la fuerza de su pueblo, el apoyo y la salvación de su Mesías. Salva, Señor, a tu pueblo y bendícelo, porque es tuyo, apaciéntalo y condúcelo para siempre. R/.



ACLAMACIÓN Jn 3, 16 








R/. Aleluya, aleluya.


Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. R/.


Ni en Israel he hallado una fe tan grande.

Del santo Evangelio según san Lucas: 7, 1-10


En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar a la gente, entró en Cafarnaúm. Había allí un oficial romano, que tenía enfermo y a punto de morir a un criado muy querido. Cuando le dijeron que Jesús estaba en la ciudad, le envió a algunos de los ancianos de los judíos para rogarle que viniera a curar a su criado. Ellos, al acercarse a Jesús, le rogaban encarecidamente, diciendo: "Merece que le concedas ese favor, pues quiere a nuestro pueblo y hasta nos ha construido una sinagoga". Jesús se puso en marcha con ellos.


Cuando ya estaba cerca de la casa, el oficial romano envió unos amigos a decirle: "Señor, no te molestes, porque yo no soy digno de que tú entres en mi casa; por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente a verte. Basta con que digas una sola palabra y mi criado quedará sano. Porque yo, aunque soy un subalterno, tengo soldados bajo mis órdenes y le digo a uno: 'ye, y va; a otro: ¡Ven!', y viene; y a mi criado: 'paz esto!', y lo hace".

Al oír esto, Jesús quedó lleno de admiración, y volviéndose hacia la gente que lo seguía, dijo: "Yo les aseguro que ni en Israel he hallado una fe tan grande". Los enviados regresaron a la casa y encontraron al criado perfectamente sano.

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

La oblación que te ofrecemos, Señor, nos purifique, y nos haga participar, de día en día, de la vida del reino glorioso. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 33, 9

Prueben y vean qué bueno es el Señor; dichoso quien se acoge a Él.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, que nos has colmado con tantas gracias, concédenos alcanzar los dones de la salvación y que nunca dejemos de alabarte. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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