martes, 10 de noviembre de 2020

LECTURAS DEL MARTES XXXII DEL T. ORDINARIO 10 DE NOVIEMBRE SAN LEÓN MAGNO PAPA Y DOCTOR DE LA IGLESIA (BLANCO)

 

¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación?






ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Si 45, 30

El Señor hizo con él una alianza de paz, lo puso al frente de su pueblo y lo constituyó sacerdote para siempre.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, tú que nunca permites que las puertas del infierno prevalezcan en contra de tu Iglesia, cimentada sólidamente en la roca de los Apóstoles, concédele, por intercesión del Papa san León Magno, permanecer firme a la verdad y gozar de una paz estable. Por nuestro
Señor Jesucristo ...


LITURGIA DE LA PALABRA

Vivamos de una manera justa y fiel, en espera de la gloriosa venida de Jesucristo, nuestro Dios y Salvador.

De la carta del apóstol san Pablo a Tito: 2, 1-8. 11-14

Querido hermano: Enseña lo que está de acuerdo con la sana doctrina: que los ancianos sean sobrios, respetables, sensatos, bien cimentados en la fe, en el amor y la paciencia.

Que las ancianas, asimismo, sean respetables en su comportamiento, que se abstengan de murmurar y de tomar mucho vino; que, con su buen ejemplo, enseñen a las jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser sensatas, castas, sobrias, a cuidar bien de su hogar, a ser bondadosas y obedientes a sus maridos, para que nadie pueda hablar mal del Evangelio.

Exhorta igualmente a los jóvenes a ser sensatos en todo y dales tú mismo buen ejemplo. Cuando enseñes, hazlo con autenticidad y dignidad, con un lenguaje sano e irreprochable, para que los adversarios tengan que retirarse, al no poder decir nada malo de nosotros.

Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvar a todos los hombres y nos ha enseñado a renunciar a la vida sin religión y a los deseos mundanos, para que vivamos, ya desde ahora, de una manera sobria, justa y fiel a Dios, en espera de la gloriosa venida del gran Dios y Salvador, Cristo Jesús, nuestra esperanza.

Él se entregó por nosotros para redimirnos de todo pecado y purificarnos, a fin de convertirnos en pueblo suyo, fervorosamente entregado a practicar el bien. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


Del salmo 36


R/. Dios es nuestro Salvador.

Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra. Busca en él tu alegría y te dará el Señor cuanto deseas. R/.

Cuida el Señor la vida de los buenos y su herencia perdura; porque aprueba el camino de los justos y asegura el Señor todos sus pasos. R/.

Apártate del mal, practica el bien y tendrás una casa eternamente; porque los justos heredarán la tierra y la habitarán para siempre. R/.

ACLAMACIÓN  Jn 14, 23






R/. Aleluya, aleluya.


El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada, dice el Señor. R/.

No somos más que siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer.

Del santo Evangelio según san Lucas: 17, 7-10

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños, le dice cuando éste regresa del campo: `Entra enseguida y ponte a comer'? ¿No le dirá más bien: 'Prepárame de comer y disponte a servirme, para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú?'. ¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación?

Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan: 'No somos más que siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer' ". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al presentarte, Señor, estas ofrendas te pedimos que ilumines bondadoso a tu Iglesia, para que tu rebaño se acreciente en todo el mundo y sus pastores, guiados por ti, te agraden con sus obras. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr Mt 16, 16. 18

Dijo Pedro a Jesús: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Señor, que gobiernes con bondad a tu Iglesia, alimentada con este santo sacramento, para que conducida por tu mano poderosa, crezca en libertad y persevere firme en la integridad de la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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