jueves, 23 de octubre de 2025

LECTURAS DEL JUEVES XXIX DEL T. ORDINARIO 23 DE OCTUBRE (VERDE)

 

He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo!




Feria o SAN JUAN DE CAPISTRANO, Presbítero MR pp. 818 y 904 [850 y 944] / Lecc. II p. 927 


 Franciscano, predicador lleno de talento y de palabra ardiente, arrastraba a las multitudes. Trabajó primero en la reforma de su Orden en Francia y en Italia, y después recorrió toda la Europa central para luchar contra la herejía de Juan Hus. Finalmente, predicó la cruzada contra los turcos, que por entonces estaban invadiendo Hungría (1386-1456). 


ANTÍFONA DE ENTRADA 

Éstos son los hombres santos que se hicieron amigos de Dios, insignes predicadores del Evangelio. 

ORACIÓN COLECTA 

Dios nuestro, que elegiste a san Juan de Capistrano para confortar a tu pueblo en las adversidades, otórganos constantemente tu paternal protección y conserva siempre a la Iglesia en tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos


LITURGIA DE LA PALABRA

Libres ya del pecado y entregados al servicio de Dios, dan frutos de santidad.

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 6, 19-23

Hermanos: Por la dificultad natural que tienen ustedes para entender estas cosas, voy a seguir utilizando una comparación de la vida ordinaria. Así como en otros tiempos pusieron sus miembros al servicio de la impureza y de la maldad, hasta llegar a la degradación, así ahora pónganlos al servicio del bien, a fin de que alcancen su santificación. Cuando ustedes eran esclavos del pecado, no estaban al servicio del bien. ¿Y qué frutos recogieron entonces de aquello que ahora los llena de vergüenza? Ninguno, pues son cosas que conducen a la muerte.

Pero ahora, libres ya del pecado y entregados al servicio de Dios, dan frutos de santidad, que conducen a la vida eterna. En una palabra, el pecado nos paga con la muerte; en cambio, Dios nos da gratuitamente la vida eterna, por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

Del salmo 1 

R/. Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos. R/.

Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito. R/.

En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo. R/.

ACLAMACIÓN Cfr. Flp 3, 8-9 






R/. Aleluya, aleluya.


Todo lo considero una pérdida y lo tengo por basura, para ganar a Cristo y vivir unido a Él. R/.


No he venido a traer la paz, sino la división.

Del santo Evangelio según san Lucas: 12, 49-53

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y cómo me angustio mientras llega!

¿Piensan acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo. No he venido a traer la paz, sino la división. De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Mira, Dios todopoderoso, las ofrendas que presentamos en la festividad de san Juan de Capistrano, y concédenos expresar en la vida los misterios de la pasión del Señor, que ahora celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ez 34, 15 

Yo mismo apacentaré a mis ovejas; yo mismo las haré reposar, dice el Señor. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Por la eficacia de este sacramento, confirma, Señor, a tus siervos en la verdad de la fe, por la que san Juan de Capistrano nunca cesó de trabajar, dedicándole toda su vida, para que en todas partes la profesemos, de palabra y de obra. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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