lunes, 13 de octubre de 2025

LECTURAS DEL LUNES XXVIII DEL T. ORDINARIO 13 DE OCTUBRE (VERDE)

 

Aquí hay uno que es más que Salomón.



 Feria o Misa por los prófugos y exiliados MR p. 1091 [1136] / Lecc. II p. 891


ANTÍFONA DE ENTRADA Jer 29, 11. 12. 14 

Dice el Señor: Mis pensamientos son de paz y no de aflicción; ustedes me invocarán y yo los escucharé, y los haré regresar desde donde se encuentren cautivos. 

ORACIÓN COLECTA 

Señor, para quien nadie es extranjero y nadie lejano para recibir ayuda, mira benignamente a los prófugos y exiliados, a los hombres y a los niños segregados, para que a ellos les concedas el regreso a la patria y a nosotros nos des caridad efectiva para con los necesitados y forasteros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Por medio de Jesucristo, Dios me concedió la gracia del apostolado, a fin de llevar a los pueblos paganos a la aceptación de la fe.

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 1, 1-7

Yo, Pablo, siervo de Cristo Jesús, he sido llamado por Dios para ser apóstol y elegido por Él para proclamar su Evangelio. Ese Evangelio, que, anunciado de antemano por los profetas en las Sagradas Escrituras, se refiere a su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, que nació, en cuanto a su condición de hombre, del linaje de David, y en cuanto a su condición de espíritu santificador, se manifestó con todo su poder como Hijo de Dios, a partir de su resurrección de entre los muertos.

Por medio de Jesucristo, Dios me concedió la gracia del apostolado, a fin de llevar a los pueblos paganos a la aceptación de la fe para gloria de su nombre. Entre ellos, se cuentan también ustedes, llamados a pertenecer a Cristo Jesús.

A todos ustedes, los que viven en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de su pueblo santo, les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

Del salmo 97

R/. Cantemos al Señor un canto nuevo.

Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R/.

El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.

La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.

ACLAMACIÓN  Cfr. Sal 94, 8 






R/. Aleluya, aleluya.


Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón". R/.

A la gente de este tiempo no se le dará otra señal que la del Profeta Jonás.

Del santo Evangelio según san Lucas: 11, 29-32

En aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús y éste comenzó a decirles: "La gente de este tiempo es una gente perversa. Pide una señal, pero no se le dará más señal que la de Jonás. Pues así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo.

Cuando sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.

Cuando sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se levantarán el día del juicio para condenarla, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

 ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Señor, que quisiste que tu Hijo entregara su vida para congregar en la unidad a tus hijos dispersos, concédenos que esta ofrenda pacífica obtenga la comunión de voluntades y aumente la caridad fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 90, 2 

Tú eres mi refugio y fortaleza; tú eres mi Dios y en ti confío. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Señor, que nos has alimentado con un mismo pan y un mismo cáliz, concédenos amar con un corazón sincero a los inmigrantes y abandonados, para que todos merezcamos estar finalmente reunidos en la patria celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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