"Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor."
Hch 15, 7-21; Jn 15,  9-11
El amor fraterno es el criterio fundamental  que permite distinguir a los verdaderos discípulos de Jesús de quienes no lo  son. Ese es el colofón que nos regala este pasaje evangélico. En cierto sentido,  ese fue el acuerdo pastoral al que llegó la asamblea de Jerusalén. A los paganos  convertidos no había que imponerles numerosas prescripciones rituales, sino las  indispensables. Quien se ha encontrado de forma personal con Jesús resucitado  aprende a vivir en libertad. La libertad nos capacita para relacionarnos  adecuadamente con nuestros hermanos. La gracia de Dios es la que regenera el  corazón humano.
ANTÍFONA DE ENTRADA  (Sal 15, 5-6)
El Señor es la parte que me ha tocado en herencia; la parte que he recibido es la más hermosa. El mismo Señor es mi recompensa.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que concediste a san Felipe Neri el don de servirte y de ayudar al prójimo con sencillez y alegría, infunde en nosotros tu Espíritu de amor para que sepamos vivir alegremente el Evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Juzgo que no se debe  importunar a los paganos que se convierten a Dios.
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 15, 7-21
 Por aquellos días, después  de una larga discusión sobre el asunto de la circuncisión, Pedro se levantó y  dijo a los apóstoles y a los presbíteros:
"Hermanos: Ustedes saben que, ya desde los primeros días, Dios me eligió entre ustedes para que los paganos oyeran, por mi medio, las palabras del Evangelio y creyeran. Dios, que conoce los corazones, mostró su aprobación dándoles el Espíritu Santo, igual que a nosotros. No hizo distinción alguna, ya que purificó sus corazones con la fe.
¿Por qué quieren irritar a Dios imponiendo sobre los discípulos ese yugo, que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido soportar? Nosotros creemos que nos salvaremos por la gracia del Señor Jesús, del mismo modo que ellos". Toda la asamblea guardó silencio y se pusieron a oír a Bernabé y a Pablo, que contaban las grandes señales y prodigios que Dios había hecho entre los paganos por medio suyo. Cuando terminaron de hablar, Santiago tomó la palabra y dijo:
"Hermanos, escúchenme. Pedro nos ha referido cómo, por primera vez, se dignó Dios escoger entre los paganos un pueblo que fuera suyo. Esto concuerda con las palabras de los profetas, porque está escrito: Después de estos sucesos volveré y reconstruiré de nuevo la casa de David, que se había derrumbado; repararé sus ruinas y la reedificaré, para que el resto de los hombres busque al Señor, lo mismo que todas las naciones que han sido consagradas a mi nombre. El Señor que hace estas cosas es quien lo dice. Él las conoce desde la eternidad.
Por lo cual, yo juzgo que no se debe molestar a los paganos que se convierten a Dios; basta prescribirles que se abstengan de la fornicación, de comer lo inmolado a los ídolos, la sangre y los animales estrangulados. Si alguien se extraña, Moisés tiene, desde antiguo, quienes lo predican en las ciudades, puesto que cada sábado se lee en las sinagogas".
Palabra de  Dios. 
Te alabamos, Señor.
Del salmo 95 
R/.  Cantemos la grandeza del Señor. Aleluya.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo. R/.
Caigamos en su templo de rodillas. "Reina el Señor", digamos a los pueblos, gobierna a las naciones con justicia. R/.
ACLAMACIÓN (Jn 10, 27) 
R/. Aleluya, aleluya.
Mis  ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen.  R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 15,  9-11
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus  discípulos: "Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si  cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los  mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi  alegría esté en ustedes y su alegría sea plena". 
Palabra del Señor.  
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS  OFRENDAS
Por medio de este sacrificio  de alabanza que vamos a ofrecerte, convierte, Señor, nuestra vida, como la de  san Felipe Neri, en una prueba más de tu solicitud por los pobres. Por  Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Mt 19, 27-29)
Yo les aseguro, dice el  Señor, que los que han dejado todo para seguirme, recibirán cien veces más y  alcanzarán la vida eterna.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por esta sagrada comunión  que hemos recibido, concédenos, Señor, que a ejemplo de san Felipe, tengamos  siempre hambre y sed de Cristo, que es la vida verdadera. Por Jesucristo,  nuestro Señor.
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