miércoles, 10 de agosto de 2011

LECTURAS DEL MIÉRCOLES XIX DEL T. ORDINARIO 10 DE AGOSTO SAN LORENZO DIÁCONO Y MÁRTIR

DAR Y DARSE


2 Co 9, 6-10; Jn 12, 24-26

El apóstol san Pablo exhorta a los cristianos de Corinto a que sean generosos con sus hermanos de Jerusalén. La comunión de fe entre todas las Iglesias debe ampliarse también al plano de la ayuda solidaria y la puesta en común de los bienes materiales. Dios quiere que todos sus hijos dispongan de bienes suficientes para vivir. Ese es el ideal a alcanzar. Cuando no se concrete, habrá que implementar los mecanismos solidarios que sean necesarios. Sin embargo, más allá de la donación de los bienes —nos alerta el Señor Jesús— está la donación de la propia vida. Esa es la enseñanza fundamental: quien se reserve la propia vida y no la empeñe para servir a sus hermanos, quedará estéril e infecundo.


ANTÍFONA DE ENTRADA

Alegrémonos hoy con la festividad de san Lorenzo, quien se entregó al servicio de los pobres de la Iglesia, mereció sufrir el martirio y reina gloriosamente con Cristo.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que hiciste resplandecer al diácono san Lorenzo por su fidelidad al servicio de los demás y su glorioso martirio, concédenos, por su intercesión, amar a Cristo como él lo amó y servirlo en los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

Dios ama al que da con alegría.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 9, 6-10


Hermanos: Recuerden que el que poco siembra, cosecha poco, y el que mucho siembra, cosecha mucho. Cada cual dé lo que su corazón le diga y no de mala gana ni por compromiso, pues Dios ama al que da con alegría. Y poderoso es Dios para colmarlos de toda clase de favores, a fin de que, teniendo siempre todo lo necesario, puedan participar generosamente en toda obra buena. Como dice la Escritura: Repartió a manos llenas a los pobres; su justicia permanece eternamente.


Dios, que proporciona la semilla al sembrador y le da pan para comer, les proporcionará a ustedes una cosecha abundante y multiplicará los frutos de su justicia.

 Palabra de Dios.

 Te alabamos, Señor.




Del salmo 111 


R/. Dichoso el hombre honrado, que se compadece y presta.


Dichosos los que temen al Señor y aman de corazón sus mandamientos; poderosos serán sus descendientes. Dios bendice a los hijos de los buenos.

Quienes, compadecidos, prestan y llevan su negocio honradamente jamás se desviarán; vivirá su recuerdo para siempre. R/.

No temerán malas noticias, puesto que en el Señor viven confiados. Firme está y sin temor su corazón, pues vencidos verán a sus contrarios. R/.

Al pobre dan limosna, obran siempre conforme a la justicia; su frente se alzará llena de gloria. R/.



ACLAMACIÓN (Jn 8, 12)
R/. Aleluya, aleluya.


El que me sigue no caminará en la oscuridad, y tendrá la luz de la vida, dice el Señor. R/.


El que me sirve será honrado por mi Padre.

Del santo Evangelio según san Juan: 12, 24-26

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Yo les aseguro que si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre".

 Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Acepta, Señor, los dones que te presentamos al celebrar al diácono san Lorenzo y haz que este sacrificio eucarístico ayude a nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Prefacio I o II de los santos mártires.



ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 12, 26)

El que quiera servirme, que me siga, dice el Señor, y donde yo estoy, ahí estará mi servidor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Que esta Eucaristía, que hemos celebrado al conmemorar la fiesta de san Lorenzo, nos haga participar,

Señor, más profundamente de los frutos de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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