sábado, 27 de agosto de 2011

LECTURAS DEL SÁBADO XXI DEL T. ORDINARIO 27 DE AGOSTO SANTA MÓNICA


La insistente oración de santa Mónica 


SANTA MÓNICA


ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Pr 31, 30. 28)

La mujer que teme al Señor es digna de alabanzas. Sus hijos la llenarán de bendiciones y su marido de elogios.

ORACIÓN COLECTA

Dios de misericordia y de consuelo, que escuchaste la insistente oración de santa Mónica por la conversión de su hijo Agustín, concédenos, por su intercesión, una viva contrición de nuestros pecados y la seguridad infinita de tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Ustedes mismos han sido instruidos por Dios para amarse los unos a los otros.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 4, 9-11

Hermanos: En cuanto al amor fraterno, no necesitan que les escribamos, puesto que ustedes mismos han sido instruidos por Dios para amarse los unos a los otros. Y ya lo practican bien con los hermanos de toda Macedonia. Pero los exhortamos a que lo practiquen cada día más y a que procuren vivir en paz unos con otros, ocupándose cada cual de sus asuntos y trabajando cada quien con sus propias manos, como se lo hemos ordenado a ustedes

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.



Del salmo 97


 R/. Cantemos al Señor con alegría.


Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R/.

Alégrense el mar y el mundo submarino, el orbe y todos los que en él habitan. Que los ríos estallen en aplausos y las montañas salten de alegría. R/.

Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones. R/.



ACLAMACIÓN (Jn 13, 34)

 R/. Aleluya, aleluya.


Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. R/.




Porque has sido fiel en cosas de poco valor, entra a tomar parte en la alegría de tu señor.

Del santo Evangelio según san Mateo: 25, 14-30


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco millones; a otro, dos; y a un tercero, uno, según la capacidad de cada uno, y luego se fue. El que recibió cinco millones fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió un millón hizo un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores.


Se acercó el que había recibido cinco millones y le presentó otros cinco, diciendo: 'Señor, cinco millones me dejaste; aquí tienes otros cinco, que con ellos he ganado'. Su señor le dijo: 'Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor'. Se acercó luego el que había recibido dos millones y le dijo: 'Señor, dos millones me dejaste; aquí tienes otros dos, que con ellos he ganado'. Su señor le dijo: 'Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiare cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor'. Finalmente se acercó el que había recibido un millón y le dijo: 'Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo'.

El señor le respondió: 'Siervo malo y perezoso. Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo recibiera yo con intereses? Quítenle el millón y dénselo al que tiene diez. Pues al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que tiene poco, se le quitará aun eso poco que tiene. Y a este hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación' "

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.



ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que el sacrificio que vamos a ofrecerte en la festividad de santa Mónica, nos sirva, Señor, para obtener el perdón de nuestros pecados y la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 13, 45-46)

El Reino de los cielos se puede comparar a un comerciante que busca piedras preciosas y, habiendo encontrado una perla de gran valor, vende todos sus haberes y la compra.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por medio de este sacramento que hemos recibido en la festividad de santa Mónica, danos, Señor, tu luz y tu amor, para que seamos mejores cada día y podamos ayudar a los demás. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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