Le impuso las manos y, al instante, la mujer se enderezó y empezó a alabar a Dios.
Feria o Misa para después de la cosecha MR p. 1085 [1130] / Lecc. II p. 938
ANTÍFONA DE ENTRADA
Sal 66, 7
La tierra ha producido ya sus frutos: que nos bendiga el Señor,
nuestro Dios.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Padre bueno, que, en tu providencia, le entregaste al hombre
la tierra, concédenos que, de los frutos de ella recogidos, podamos
obtener sustento para nuestra vida; y que los aprovechemos siempre de
tal manera, que redunden, por tu bondad, en alabanza tuya y utilidad de
todos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Ustedes han recibido el espíritu de hijos, en virtud del cual podemos llamar Padre a Dios.
Hermanos: Nosotros no estamos sujetos al desorden egoísta del hombre, para hacer de ese desorden nuestra regla de conducta. Pues si ustedes viven de ese modo, ciertamente serán destruidos. Por el contrario, si con la ayuda del Espíritu destruyen sus malas acciones, entonces vivirán.
Los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. No han recibido ustedes un espíritu de esclavos, que los haga temer de nuevo, sino un espíritu de hijos, en virtud del cual podemos llamar Padre a Dios. El mismo Espíritu Santo, a una con nuestro propio espíritu, da testimonio de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos también herederos de Dios y coherederos con Cristo, puesto que sufrimos con Él para ser glorificados junto con Él.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Cuando el Señor actúa, sus enemigos se dispersan y huyen ante su faz los que lo odian. Ante el Señor, su Dios, gocen los justos y salten de alegría. R/.
Porque el Señor, desde su templo santo, a huérfanos y viudas da su auxilio; Él fue quien dio a los desvalidos casa, libertad y riqueza a los cautivos. R/.
Bendito sea el Señor, día tras día, que nos lleve en sus alas y nos salve. Nuestro Dios es un Dios de salvación, porque puede librarnos de la muerte. R/.
ACLAMACIÓN Cfr. Jn 17, 17
¿No era bueno desatar a esta hija de Abraham de esa atadura, aun en día de sábado?
Un sábado, estaba Jesús enseñando en una sinagoga. Había ahí una mujer que llevaba dieciocho años enferma por causa de un espíritu malo. Estaba encorvada y no podía enderezarse. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: "Mujer, quedas libre de tu enfermedad". Le impuso las manos y, al instante, la mujer se enderezó y empezó a alabar a Dios.
Pero el jefe de la sinagoga, indignado de que Jesús hubiera hecho una curación en sábado, le dijo a la gente: "Hay seis días de la semana en que se puede trabajar; vengan, pues, durante esos días a que los curen y no el sábado".
Entonces el Señor dijo: "¡Hipócritas! ¿Acaso no desata cada uno de ustedes su buey o su burro del pesebre para llevarlo a abrevar, aunque sea sábado? Y a esta hija de Abraham, a la que Satanás tuvo atada durante dieciocho años, ¿no era bueno desatarla de esa atadura, aun en día de sábado?"
Cuando Jesús dijo esto, sus enemigos quedaron en vergüenza; en cambio, la gente se alegraba de todas las maravillas que Él hacía.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, los dones que del fruto de la tierra te presentamos
con acción de gracias; y tú, que eres quien nos da la abundancia de los
frutos terrenales, haz que nuestras almas puedan producir frutos para
el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Sal 103, 13-15
Con los frutos de tus obras, Señor, llenas la tierra, para que
obtengamos de ella el pan y el vino que alegra nuestro corazón.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, que, al darte gracias, mediante este sacramento
de salvación, por los frutos de la tierra que hemos cosechado,
merezcamos conseguir, por efecto de ese mismo sacramento, bienes
más excelentes. Por Jesucristo, nuestro Señor.





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