sábado, 10 de septiembre de 2011

LECTURAS DEL SÁBADO XXIII DEL T. ORDINARIO 10 DE SEPTIEMBRE


Cada árbol se conoce por sus frutos

Vísperas I del domingo: 4a semana del Salterio. Tomo IV: p. 1076. Para los fieles: p. 722. Edición popular: pp. 289 y 479. Feria (Verde)



MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO


SAN NICOLÁS DE TOLENTINO


ANTÍFONA DE ENTRADA (Sedulio)

Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, Padre santo, que has querido que la Madre de tu Hijo estuviese presente y participase en la oración de la primera comunidad cristiana, concédenos perseverar junto a ella con un solo corazón y una sola alma, aguardando la venida del Espíritu Santo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores.


De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 1, 15-17


Hermano: Puedes fiarte de lo que voy a decirte y aceptarlo sin reservas: que Cristo Jesús vino a este mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero Cristo Jesús me perdonó, para que fuera yo el primero en quien Él manifestara toda su generosidad y sirviera yo de ejemplo a los que habrían de creer en Él, para obtener, la vida eterna.

Al rey eterno, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.



 Palabra de Dios.



 Te alabamos, Señor.




Del salmo 112 

R/. Bendito sea el Señor ahora y para siempre.



Bendito sea el Señor, alábenlo sus siervos. Bendito sea el Señor desde ahora y para siempre. R/.



Desde que sale el sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. Dios está sobre todas las naciones, su gloria, por encima de los cielos. R/.



¿Quién hay como el Señor? ¿Quién iguala al Dios nuestro, que tiene en las alturas su morada, y sin embargo de esto, bajar se digna su mirada para ver tierra y cielo? R/.


Él levanta del polvo al desvalido y saca al indigente del estiércol, para hacerlo sentar entre los grandes, los jefes de su pueblo. R/.



ACLAMACIÓN (Jn 14, 23) 
R/. Aleluya, aleluya.



El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada, dice el Señor.


¿Por qué me dicen 'Señor, Señor', y no hacen lo que yo les digo?

Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 43-49


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus 
discípulos: "No hay árbol bueno que produzca frutos malos, ni árbol malo que produzca frutos buenos. Cada árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de las zarzas, ni se cortan uvas de los espinos.


El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón, pues la boca habla de lo que está lleno el corazón. ¿Por qué me dicen 'Señor, Señor', y no hacen lo que yo les digo? Les voy a decir a quién se parece el que viene a mí y escucha mis palabras y las pone en práctica. Se parece a un hombre, que al construir su casa, hizo una excavación profunda, para echar los cimientos sobre la roca. Vino la creciente y chocó el río contra aquella casa, pero no la pudo derribar, porque estaba sólidamente construida.
Pero el que no pone en práctica lo que escucha, se parece a un hombre que construyó su casa a flor de tierra, sin cimientos. Chocó el río contra ella e inmediatamente la derribó y quedó completamente destruida".


 Palabra del Señor.


 Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre lleno de bondad, que nos socorra el inmenso amor de tu Hijo unigénito para que, quien al nacer de la Virgen María, no menoscabó la integridad de la Madre, sino que la consagró, nos libre de nuestras culpas y haga acepta a ti nuestra oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de Santa María Virgen.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lc 11, 27)

Dichosa la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del eterno Padre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, al recibir el sacramento celestial en esta conmemoración de la santísima Virgen María, te pedimos que nos concedas celebrar dignamente, a imitación suya, el misterio de nuestra redención. Por Jesucristo, por nuestro Señor.

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